Estudio Bíblico # 14
La Ley
Introducción
Una de las doctrinas bíblicas que más ha generado controversia en la historia del cristianismo es la ley. Hay tres errores en cuanto a esa doctrina que los cristianos debemos rechazar y evitar. El primero es el legalismo; consiste en un énfasis extremado en la letra de la ley, y creer que somos salvos por la obediencia a la ley (fariseísmo religioso). El segundo error es el antinomianismo. Esta palabra se deriva de los vocablos griegos “anti” (contra) y “nomos” (ley). Se llama así a una corriente teológica que sostiene que como Cristo abolió la ley, los cristianos no tenemos obligación de guardarla. Esta posición enseña que estamos libres de todo compromiso moral con la ley. Pero San Pablo dice que “estamos bajo la ley de Cristo” (1 Cor. 9: 21). La tercera enseñanza incorrecta es el galacianismo que predica que somos salvos por la gracia y por la ley, por la Fe y por la obras. Enseñar lo que es correcto según las enseñanzas de la Palabra de Dios es el propósito de este estudio.
1. ¿Por medio de quién dio Dios la ley?
Juan 1: 17; 7: 19 “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” “¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?”
2. ¿Cuál es la naturaleza de la ley de Dios?
Rom. 7: 12-14 “De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado”
3. ¿Qué no se puede lograr a través de la ley, y qué cosa sí viene por medio de ella?
Rom. 3: 20 “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”
4. ¿Con qué compara el apóstol Santiago a la ley?
Stg 1: 23-25 “Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”
5. ¿Para qué sirve la ley según San Pablo?
Gal. 3: 19-25 “Entonces, ¿para qué sirve la ley?
Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo…”
6. ¿A qué vino y a qué no vino Jesús en relación con la ley?
Mat. 5: 17-19 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”
7. ¿Qué abolió Jesús y clavó en la cruz?
Col. 2: 14-17 “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. “La ley de Jehová es perfecta” (Sal. 19: 7), sus demandas también lo son (Rom. 7: 12). El hombre no podía satisfacer esas exigencias por su incapacidad para hacer el bien (Rom. 7: 14-21). Cristo vino a cumplir la ley (Mat. 5: 17). El antiguo pacto no podía ser abolido sin antes ser cumplido. Cristo, con su vida de obediencia perfecta, dio pleno cumplimiento al pacto de la ley y de esta manera puede justificar a los creyentes (Rom. 5: 17-21). Jesucristo también nos libró de la maldición de la ley (Gal. 3: 10-13). ¿Quién era maldito según la ley? El que no la obedecía perfecta e inmaculadamente. (Gal. 3: 10). Así que como nadie podía darle este tipo de obediencia, todos estábamos bajo maldición. Cristo no nos libró de la maldición abrogando la ley, sino cumpliendo todo lo que la ley exigía al hombre, y que éste no era capaz de cumplir.
8. ¿De qué manera la ley fue clavada y abolida en la cruz?
A. La ley fue abolida como pacto (Heb. 8: 6-13). Esto significa que el Nuevo Pacto, el que ahora está vigente, es el de la Gracia, no el de la ley de Moisés.
B. La ley también ha sido abolida como régimen (Rom. 7: 1-6). La ley como marido para nosotros ha muerto y ahora estamos bajo la ley de un nuevo esposo, que es Cristo. (Rom. 7: 1-4). Estamos “bajo el régimen nuevo del espíritu, y no bajo el régimen viejo de la letra (Rom. 7: 6). Los cristianos no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia (Rom. 6:14). No estar bajo la ley significa que no nos regimos por el pacto de la ley, sino por el Pacto de la Gracia. Bajo la ley quiere decir bajo la letra o el código de la ley de Moisés. Esto es, por ejemplo: ( 1 ) “comida, bebida, días de fiesta, luna nueva o días de sábados” (Col. 2: 14-16); ( 2 ) “no manejes, ni gustes ni aún toques” (Col. 2: 21); ( 3 ) “la circuncisión” (Gal. 5: 6); ( 4 ) todos los mandamientos, estatutos, preceptos y estipulaciones de la ley de Moisés. Ahora estamos bajo la ley de Cristo (1 Cor. 9: 21). La ley de Cristo son todos los mandamientos y ordenanzas del Nuevo Testamento (la ley del espíritu). C. La ley está abolida como medio para justificar (Gal. 2: 16). “sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”
9. ¿Qué está vigente de la ley del Antiguo Pacto?
No la letra, sino el espíritu de la ley sigue vigente en el Nuevo Pacto. El espíritu de la ley es lo que la ley quiere lograr en el hombre. Lo que Jesús llamó lo más importante de la ley (Mat. 23: 23): “ la justicia, la misericordia y la Fe”. El Nuevo Testamento hace una diferencia entre la letra de la ley y el espíritu de la ley. San Pablo, por ejemplo, se considera irreprensible en cuanto a la letra de la ley (Fil. 3: 4-6). Pero cuando es confrontado con el espíritu de la ley, o sea las demandas de santidad de la ley, el apóstol se considera fracasado y muerto (Rom. 7: 7-25). Los fariseos y todos los religiosos guardan la letra de la ley, pero no el espíritu de la ley (Mat. 23: 13-18). San Pablo dice que “el cumplimiento de la ley es el amor” (Rom. 13: 10) “porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” (Rom. 13: 8-10). El apóstol dice que todo mandamiento de la ley en esta sentencia se resume: “amarás a tú prójimo como a ti mismo” (Rom. 13: 9). Ese es el espíritu de la ley, su esencia, su propósito, su santidad, su espiritualidad. Esto fue lo que hizo Jesús en el Sermón del Monte, explicar cuál era el espíritu de la ley. El repitió muchas veces, en el ya mencionado sermón: “está escrito…” (la letra de la ley), “mas yo os digo…” (el espíritu de la ley). Por ejemplo, el mandamiento del sábado (Éxodo 20: 8-10). La letra de este mandamiento es guardar las 24 horas del día séptimo de la semana. El espíritu de este mandamiento es vivir en Cristo como el reposo espiritual del creyente (Heb. 4: 1-11). El creyente no tiene que dejar de trabajar para descansar, su reposo es espiritual, su reposo es Cristo. Según el Nuevo Testamento, no estamos obligados a guardar días, meses, años o fiestas judaicas ( Col. 2: 14-17; Gal. 14: 9-11), pero si alguien decide “hacer caso del día”, San Pablo dice: “lo hace para el Señor” (Rom. 14: 5,6). Guardar cualquier aspecto de la letra es opcional, no obligatorio para los cristianos. Reconocemos que hay sabiduría y es beneficioso física y espiritualmente apartar un día para cesar nuestras labores seculares, e ir a adorar a Dios al templo junto al cuerpo de Cristo. Lo que no es beneficioso es guardarlo de acuerdo a la letra de la ley, e imponerlo como mandamiento vigente del Señor.
10. ¿Qué determinaron los apóstoles, guiados por el Espíritu Santo, con relación a la observancia de la ley por parte de los creyentes gentiles?
Hech. 15: 1-32
“6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 16 Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, 18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. 22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. 28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. 32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras”
11. ¿Qué le aconteció a la iglesia de Galacia por oír a los maestros judaizantes que le llevaron su mensaje?
Gal. 5: 4 “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”
12. ¿Cómo les llama San Pablo a los gálatas y por qué?
Gal. 3: 1-5 “¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? 12. ¿Cuál es el consejo de Dios a los que hemos sido liberados del yugo de la ley? Gal. 5: 1-13 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. 11 Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. 12 ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! 13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”
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