Pastor Juan Radhamés Fernández

Cada año siempre hago una aclaración pertinente a este mensaje, y es que nosotros no somos adivinos ni tampoco de esos que viven anunciando cosas que van a suceder, sino que somos profeta. Un profeta no necesariamente es aquel que anuncia las cosas y se cumplen, aunque el profeta lo hace, sino que un profeta es aquel que tiene una palabra de Dios para el pueblo. En el año 2000, recibimos de parte del Señor que desde el año dos mil hacia adelante todos los años que seguían iba a ser años proféticos, por lo que nos ha dado un mensaje profético cada año. Estamos profetizando, siguiendo lo que la Biblia revela acerca de los números ya que Dios está en el tiempo y usa siempre el tiempo para marcar también sus kairos, sus tiempos. Usamos lo que la Biblia revela acerca de los números dependiendo el año y sustraemos el mensaje de la misma Palabra.

La Escritura está llena de la multiforme sabiduría de Dios, y hay dimensiones desconocidas, porque la Biblia no solamente es letras sino que es Espíritu. Es logos, porque es una palabra escrita para Dios comunicar a los hombres en cada idioma sus pensamientos, pero la Biblia también posee una dimensión espiritual, que es el rhema. Por eso, por miles de años se ha estado predicando la Palabra y entre más sustraemos de ella más encontramos los rhemas, esas palabras iluminadas de Dios, para darnos el mensaje oportuno. El año pasado (2023) Dios nos habló hermosamente, nos trazó pautas, y yo bendigo a Dios porque todos hemos tomado en serio la palabra, quizás más que en años anteriores, y vi tantos hermanos haciendo esfuerzos para poder reparar las grietas como el Señor nos instruyó. Y así hemos visto cada año cómo se cumple la palabra. Algunos me han enviado segmentos, pedacitos de mensajes, de videos, donde me muestran cosas que Dios dijo en los años pasados y como se han cumplido, increíblemente. Hubo un año que terminó la profecía y lo que salió en el periódico en el día siguiente fue exactamente lo que Dios había dicho, así hace Dios.

Lo que Dios dice aquí no necesariamente marca todas las pautas, porque posiblemente otros profetas en otros lugares y a otros predicadores el Señor les muestra otras cosas, pues ¿quién puede decir lo que va a suceder en trescientos sesenta y cinco días? Imposible. Yo puedo tocar en el contexto, dependiendo lo que Dios quiere, la manera que estamos interpretando los números y aplicándolos al año correspondiente, y puedo decir algo que otros no han dicho, pero no voy a decir todo lo que otros van a decir. En muchas iglesias, el último día del año (31 de diciembre) lo separan para tener un servicio especial y se proclama el año venidero como “el año de tal cosa”, según el Espíritu los haya guiado. Y damos gracias a Dios por el don profético y yo me maravillo, porque para mí hay una evidencia muy grande que Dios los ama a ustedes como casa espiritual, y es por la palabra que brota, que surge en medio nuestro. Por ejemplo, estamos entrando al año 2024, y por los años anteriores que han escuchado ya saben lo que significa el veinticuatro usando los números, pero el mensaje es más de lo que dicen los números, pues aunque consultamos la numerología bíblica, nuestra aplicación profética está basada en otras cosas que dicen las Escrituras, y damos gracias a Dios por la manera que él nos ha guiado.

Antes de comenzar a estudiar el significado del veinticuatro, para aplicarlo proféticamente, quiero decirle que le dije al Señor: «Señor dime ¿este año en qué se va a distinguir?» Y el Señor me dijo, luego me fui a la Biblia y lo vi y me maravillo de la consistencia de lo que Dios dice. El número veinticuatro posiblemente de todos los números que hasta ahora hemos estudiado y aplicado es el que más significados tiene, y lo pluralizo porque son muchos. Hay números que hemos estudiado en el pasado, años que han sido gloriosos en cuanto a la esencia, la sustancia, a la amplitud de significados proféticos, pero este año, este número veinticuatro, amados, es un año de embarazo, es un año sustancioso, es un año de amplitud, es un año que no hay manera de describirlo. Primeramente, vamos a ver las cinco combinaciones del número veinticuatro:  1) 6X4; 2) 3X8; 3) 14+10; 4) 12+12; 5) 20+4. Ningún número que hemos estudiado hasta ahora ha tenido cinco combinaciones, y el cinco es número de gracia, y ya verán que este es un año de gracia. Nunca he visto un año con tanto significado, que Dios nos ayude, pongan mucha atención mis amados, porque mientras veamos las combinaciones también voy a ir haciendo la aplicación proféticamente.

 

El 24 en diferentes combinaciones

  • La primera combinación del veinticuatro: 6X4. El seis es número de hombre (Génesis 1:27,31), pero también expresa o está asociado con el pecado del hombre y su oposición hacia Dios, la independencia del hombre de Dios (Apocalipsis 13:18). Por su parte, el número cuatro tiene relación con el mundo creado; es el número de las cosas que tienen un comienzo, y de las cosas hechas, la materia misma. En resumen, el cuatro es el número de la plenitud material, o sea de la materia. Ejemplo, cuatro es el número de los cuatro elementos materiales de este planeta: tierra, aire, fuego y agua. Otro ejemplo, cuatro son los puntos imaginarios en el que está dividida las regiones de la tierra: norte, sur, este y oeste, eso nos habla de la plenitud de la tierra geográficamente. En Apocalipsis se habla de cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra (Apocalipsis 7:1). Asimismo, cuatro son las divisiones del día, mañana, medio día, la tarde y la noche. Jesús se refirió a estas cuando hablo de la segunda venida y dijo: Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana” (Marcos 13:35), cuatro tiempos. Cuatro son las variaciones de las fases de la luna: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante.

Proféticamente, el número cuatro es rico en significado, porque todas sus combinaciones están cargadas de contenido tipológico y profético; es un numero preñado (yo le llamo así). Hay una relación entre el seis y el cuatro con relación al hombre, pues ambos números tienen que ver con el hombre y con la materia.  El veinticuatro es doblemente gobierno, y cuando es doblemente se hace más intenso el número y por consiguiente su significado, porque lo amplía. Por tanto, puedo interpretar proféticamente que el año veinticuatro será de intensa actividad en el reino de los hombres, donde se manifestará plena y visiblemente la oposición del gobierno humano al propósito del Reino de Dios. Veo a Satanás airado, muy enojado como el que sabe que le queda poco tiempo; lo veo presionando a su ejército infernal para que apresuren su obra maligna en contra de Dios, de su Reino y de su propósito; lo veo desesperado, angustiado, presionando a los demonios en el veinticuatro. Puedo oír el clamor del apóstol Juan y puedo interpretar su lamento cuando dijo: ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12).

El archienemigo o sea Satanás lo hará de una manera tan abierta, descarada y desesperada que no ocultará su gran angustia y su insoportable miedo. Tanto los creyentes como los inconversos se asombrarán al ver el colmo de la conducta extrema de los demonios en el 2024. Veo a muchos poniendo su mano en la boca manifestando su asombro por lo que ven sus ojos y oyen sus oídos, como diciendo: «¡Aaah, esto es lo último, esto es un extremo!». El diablo se ha atrevido por milenios a hacer cosas terribles, pero nos va a sorprender este año. Dios me mostró que el diablo va a blasfemar a Dios de muchas maneras y lo verán este año como nunca; será tiempo de angustia y dolor en muchas partes de la tierra. Los principados de los reinos de las naciones se opondrán a los ángeles del Señor como lo hicieron los príncipes de Persia y de Grecia en tiempo de Daniel (Daniel 10:20), se van a confabular los principados de las naciones en contra del Reino de Dios. Habrá una guerra titánica y visible en el ámbito espiritual (abran los ojos porque lo van a ver), y aumentarán los conflictos entre las naciones, y la violencia en algunos lugares será extrema, porque Satanás soltará demonios que estaban guardados para esta hora, para hacer daño a los hijos de los hombres.

Las persecuciones de los cristianos en muchas naciones aumentarán considerablemente. En algunos países se van a promulgar leyes contra los valores y principios de la fe cristiana; eso está sucediendo, pero se va a aumentar este año, porque el diablo ha usado al hombre como lo ha usado siempre en contra de Dios, este año. El diablo sacará a la luz pública en este año próximo los pecados de algunos líderes de la iglesia, produciendo escándalos para dañar la fe de muchos. Eso ha ocurrido, pero va a aumentar y va a ser muy notable este año. En muchas iglesias habrá apostasías y divisiones, y eso se va a publicar. La guerra será frontal y despiadada; veo grandes confrontaciones raciales, sociales y políticas en el mundo y en Estados Unidos. Los demonios poseerán a los hijos de los hombres y los conducirán a las protestas violentas, y a crímenes irracionales; el odio se hará muy patente y visible.

Veo que tendremos que orar como nunca por los Estados Unidos, esta Nación será sacudida y zarandeada desde sus cimientos. Veo que el espíritu de confusión se desatará en esta nación como nunca. Yo vi a “Babilonia” en el aspecto político en esta nación; la lucha ideológica y política dividirán más a la nación (más de lo que está dividida) y será difícil controlar a muchos, y preservar el orden en esta nación (y en otras naciones, pero ahora estoy hablando de Estados Unidos). Algunos políticos van a ser avergonzados y desenmascarados, como muchos ministros de la iglesia, porque el diablo, así como dice la Biblia, ha sido suelto para hacer daño a las naciones. Después voy a hablar del Gobierno de Dios, pero eso es lo que me indica el veinticuatro en esta combinación de seis por cuatro.

  • Veinticuatro es la suma de 10+14. El diez está asociado con la perfección del orden de Dios o el orden Divino, implica que nada falta y que nada sobra, es el número de lo que está completo; por eso nos habla de lo completo y de la totalidad. Por ejemplo, los diez mandamientos contienen todo lo necesario y no más que lo necesario de lo que Dios moralmente demanda del hombre. Los diezmos representan la totalidad de lo que Dios demanda de los hombres en el aspecto económico, o sea en la mayordomía. ¿Recuerdan las diez plagas? Éstas hablan de la totalidad del juicio de Dios contra Egipto. De hecho, en Éxodo 9:14, dice: Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra” (Éxodo 9:14). Las diez vírgenes representan la totalidad de la nación hebrea, entre otros ejemplos, el diez habla de lo que está completo.

El número catorce, por su parte (lo vimos en el mensaje del 2014), es el múltiplo de siete, y representa lo que es perfecto, pero cuando lo estudiamos en aquella ocasión, yo no me concentré tanto en ese aspecto del significado de la suma de siete más siete, sino en otros textos de la Biblia, y vimos por ejemplo algo muy importante, hablamos de que Salomón cuando dedicó el templo iba a celebrar en siete días y lo aumento a catorce (1 Reyes 8:65). Ahora esto es para darle más solemnidad y perfección a la fiesta, pero lo que más nos ayudó a interpretar en ese tiempo, porque puedo mostrar muchos ejemplos, fue lo que dice Mateo 1:14: De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce”, y divide en generaciones tiempos de mucha importancia desde Abraham hasta llegar a David. Con David todo cambia, y de David hasta que Judá fue llevada a la cautividad es un tiempo muy importante, y desde ahí hasta que llego Jesús. Aplicando lo que dijimos del catorce en el 2014 es el año que habla de la demarcación del tiempo, Dios marca los tiempos con el número catorce. De Abraham a David, de David a Babilonia, de Babilonia a Cristo; y posiblemente la venida de Cristo va a tener que ver con el catorce, porque si Dios ha dividido así de catorce en catorce, pues posiblemente desde Cristo hasta su venida tenga que ver con tantas generaciones relacionadas al múltiplo de catorce. Por tanto, el diez habla de lo que está completo y el catorce habla de una demarcación de los tiempos de Dios.

Ahora vamos a aplicar proféticamente estos pensamientos al número veinticuatro ¿qué significa eso? Si el número diez habla de totalidad, de lo que está completo y el número catorce habla de la demarcación del tiempo, entonces este año 2024 va a ser un año de demarcación. Mientras estudiaba, Dios me mostró un reloj (varias veces) y hace un ratito estaba ahí, meditando, mientras cantábamos y me vino otra vez la imagen del reloj y me dijo: «Aplica la demarcación del tiempo, el veinticuatro en el reloj, dos veces doce. Jesús dijo: ¿No tiene el día doce horas?” (Juan 11:9), y si el día tiene doce horas, la noche tiene también doce horas, así también los hombres más o menos dividen el tiempo de doce de la noche a seis de la mañana, de seis de la mañana al medio día y del medio día otra vez, doce horas y doce horas. El veinticuatro es una demarcación de tiempo y está representado en el reloj. Así que la única diferencia entre el veinticuatro y el 2014 es que ahora está relacionado otra vez con el diez y eso lo hace más intenso el significado.

Entonces yo puedo concluir que ha habido muchos años que han demarcado el tiempo como pasó en el catorce, pero el veinticuatro va a ser doblemente la demarcación. Este es un año que va a marcar muchas cosas en el reloj profético de Dios, tantas cosas que Dios lo va a revelar en el transcurso de los días del año, pero todo aquel que se mantenga mirando el reloj profético va a ver muchas cosas este año. Este año va a demarcar así como pasó de Abraham a David, de David al cautiverio, del cautiverio a Cristo así como el catorce demarca. Pero ahora combinado con el diez que habla de lo completo, de la totalidad esto tiene una connotación profética increíble que yo no lo puedo decir con palabras, solamente Dios me dijo, mira el reloj tiene veinticuatro horas y así es el veinticuatro con relación a marcar el tiempo. El reloj es lo que usa el hombre para marcar los días y los días marcan las semanas, los meses, etc., etc., de hecho ustedes saben que un año tiene doce meses, y un día tiene veinticuatro horas, y una relación tremenda con el tiempo.

  • El número veinticuatro es la multiplicación de 8X3. El número ocho está asociado con reinicio, resurrección, con regeneración, reinicio o el comienzo de una era, de un orden. La palabra ocho en hebreo (shemoneh) nos habla de lo grueso, de lo grasoso, de lo abundante, de lo sustancioso o de lo suculento; significa hacer grueso, lo que es super abundante. El ocho significa uno que abunda en fuerza, también significa fertilidad. El tres, en cambio, es el número que denota la perfección divina; denota aquello que es sólido, real, sustancial, completo y entero. Todas las cosas que están completas están marcadas con el número tres, los atributos de Dios que es Omnipresente, Omnisciente, Omnipotente; tambien el tres representa las dimensiones del tiempo: presente, pasado y futuro.

Aplicando en el aspecto profético, al combinar los significados de ambos números (8X3), podemos ver que el 2024 será un año de super abundancia, de solidez; se distinguirá por lo sustancial y por lo que está entero. Será un año de las vacas gordas, administraremos abundancia como José; cosecharemos al ciento por uno. Muchas cosas que se sembraron en años anteriores y no vimos resultados lo cosecharemos en el 2024. Será un año muy fructífero, y los frutos no solamente serán super abundantes, sino sólidos; habrá cantidad, pero también calidad. El ocho nos habla de cantidad, de súper abundancia, y el tres nos habla de lo que es sólido, de la calidad, porque habla de la perfección divina. El 2024 será una cosecha no solamente caracterizada por la cantidad que es lo que representa el ocho, sino por la calidad y la solidez que representa el número tres. Dios trae palabra de consolación a aquellos que sembraron con lágrimas en los años anteriores, el Señor les garantiza que en el 2024 segarán con alegría.

Este año es un año que marca el reloj de Dios, en gobierno y perfección. Veo, proféticamente, fiestas en los lagares de la casa de Dios. ¿Sabes lo que eran los lagares en los tiempos bíblicos? Eran recipientes donde se prensaban algunos frutos para sacarle el néctar, como las olivas y las uvas. Y veo fiestas en los lagares de la casa de Dios, porque la vid dará su fruto con exuberancia; disfrutaremos del mosto de Dios y degustaremos con suprema alegría del vino nuevo. Habrá gozo en la casa de Dios, porque habrá ofrendas de libación. La libación es el líquido (agua, aceite o vino) que se derramaba sobre una ofrenda, por lo cual, habrá ofrendas de libación en abundancia debido a que tanto el vino como el aceite abundarán en los campos de Dios. El vino nos habla del pacto, y dice el salmista que el vino alegra el corazón del hombre (Salmos 104:15), cierto, pero Dios me enfatizó mientras escribía, que este va a ser un año donde va a exceder la unción, así que la prosperidad no solamente va a ser económica, sino tambien en el área espiritual.

Pueblo de Dios, el Señor dice: «Os restituiré los años que comió la oruga, la langosta, el pulgón y el revoltón, mi ejército que envié contra vosotros». En otras palabras, aquellos que como está escrito en Joel 2;25, por alguna razón en la disciplina y el trato de Dios, sufrieron “plagas”, escasez, situaciones difíciles, complicadas, donde hubo pérdidas, el Señor les dice: «Yo voy a restituir toda pérdida, y ahora van a obtener ganancias. Todo lo que esas “plagas” se comieron y destruyeron en los campos, yo lo voy a restituir. Como dice Joel, yo castigué a mi pueblo, pero ahora vengo con bendición para mi pueblo». Habrá gozo en la casa de Dios, porque habrá ofrenda de libación, Dios va a restituir. Habrá gran recompensa para aquellos que le creyeron a Dios en el 2023 y se esforzaron para reparar las grietas. Ellos han quitado los impedimentos y le han preparado el camino al Señor para que él se pueda manifestar en sus vidas, en sus casas y en sus ministerios, por eso se va a manifestar en ellos la gloria y el poder.

Dios me trae las voces consoladoras de Isaías 40: Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado” (Isaías 40:4-5). Aquellos hermanos que tomaron en serio y comenzaron a trabajar para reparar las grietas en sus hogares y relaciones, no saben que estaban preparando el camino para lo que viene en el 2024.      Reparar las grietas constituyó nuestro sacerdocio (que más adelante vamos a hablar de eso), y estamos bajando lo que esta elevado, lo que está muy altivo lo bajamos, lo que está muy apocado más bien lo subimos, lo torcido lo enderezamos, lo que está sucio lo limpiamos para que pase la gloria de Dios. Todos ellos han facilitado con su obediencia y esfuerzo que Dios pueda no solamente bendecirlos, sino cumplir su propósito en sus vidas. Bienaventurados aquellos que trabajaron para reparar las grietas, este año van a ver la gloria y el poder de Dios en sus vidas, como si Dios dijera: Yo Jehová.

El Padre galardonador de aquellos que le aman y le creen y le obedecen recompensará con lo mejor del cielo en el 2024 aquellos que han oído su palabra y la han obedecido con temor reverente. El Señor dio una instrucción en el 2023 y su significado acerca de un tiempo límite. Y cuando el Señor nos habló de los limites no fue para amenazarnos, sino porque Dios sabía lo que venía en el 24 y por eso dijo: «Apresúrense, trabajen, tienen hasta que termine el año para hacer lo que deben hacer, porque ustedes no pueden andar con grietas, con debilidad para lo que viene, porque lo que vamos a administrar es la pura y exuberante gloria de Dios».

En el otro significado acerca de la combinación del ocho y el tres, podemos decir que el número ocho está asociado con reinicio, resurrección, regeneración y comienzo de algo. Pero también el número tres significa resurrección. Jesús resucitó en el día tercero, o sea tres días en la semana que es el octavo día, ¿por qué? Porque el domingo es el día que sigue después del séptimo, el séptimo día es el sábado, y el domingo es el primer día de la semana que viene siendo ocho, así que tanto el ocho como el tres representan resurrección. Mira lo que dice en Oseas: Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él” (Oseas 6:2). ¿Crees que es una casualidad que el ocho que es reinicio y resurrección se junte con el tres que también es resurrección? Esto es resurrección al cuadrado. Aplicando proféticamente, el 2024 también será un año de resurrección, regeneración y reinicio. El Señor impartirá vida a su pueblo; los desalentados, desfallecidos y moribundos recibirán el aliento de la vida del Espíritu Santo de Dios, el poder que operó en Cristo (Colosenses 2:12) levantándolo de entre los muertos, se manifestará para vivificar y activar las indolentes energías del pueblo de Dios. Todo lo que es desfallecimiento, desaliento, desánimo, doble ánimo (que significa debilidad espiritual o muerte espiritual) todo eso será superado si le creemos a Dios.

Muchos que durmieron espiritualmente por años se levantarán y despertarán con ánimo, vida, poder, de tal manera que no los vamos a reconocer. Ellos que por años necesitaron ser animados, ahora ministraran ánimo a los otros. Este año está preñado de palabra, es un embarazo de Dios; por todos los ángulos que analizamos el veinticuatro hay plenitud de todo en Dios. El Señor levantará la cabeza a muchos que vivían cabizbajos por sus vergüenzas y su fracaso, y así como dijo el salmista: Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza” (Salmos 3:3), Jehová va a levantar las cabezas de muchos. Ya tú no vas a andar mirando al piso, escondido, sino que vas a andar erguido, resucitado, porque resurrección significa vida de levantamiento, así anuncia el Espíritu del Señor. El 2024 será un año de energía, victoria, levantamiento para todos aquellos que creen a la palabra de Dios y se disponen para su obra poderosa, porque esto hay que creerlo, esto no se va a cumplir si tú no lo crees, como dijo el Señor Jesucristo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40).

Dios está hablando aquí de sus planes, de lo que él quiere hacer; como pasó en el libro de los Hechos de los apóstoles, que ellos preguntaron: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos1:6), y el Señor les contestó: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:7-8). Si ustedes analizan el libro de los Hechos veremos que el Espíritu les estaba diciendo: «Este es el camino: primeramente Jerusalén, después pasarán a Samaria (ahí mandó a Felipe), y después a toda Judea (ahí mandó a Pedro donde Dorcas (Hechos 9:36-42), donde Eneas (vv. 32-35), y finalmente a la casa de Cornelio, un gentil (Hechos 10); lo que luego completó el apóstol Pablo con todos sus viajes, hasta lo último de la tierra (Hechos 13). En otras palabras: «Estos son mis planes, síganme; si ustedes me siguen llegaremos a Roma que en ese tiempo era el fin para ellos, y allá termina el libro de los Hechos con Pablo en Roma (Hechos 28:16, 30-31). Y Dios ahora nos está diciendo: «Esto es lo que yo quiero hacer en el año que viene, ¿me siguen? ¿Me creen?  ¿Van a andar conmigo o van a ser incrédulos? Yo les estoy diciendo cual es la ruta, caminen conmigo y verán mi gloria».

El 2024 será un año de restauración para muchos que se habían apartado del camino, pero que este año regresaran al redil del Señor. Los pródigos vendrán a la casa, no solamente a esta casa, estoy profetizando para las iglesias de Cristo en las naciones. Los caídos se levantarán, los tristes serán consolados, los apartados se acercarán y los apagados se encenderán con el fuego poderoso del Espíritu Santo. Habrá consolación, se acercarán, se encenderán. El Dios de la restauración les dará otra oportunidad a todos los fracasados y estos tendrán un reinicio en sus vidas, la restauración será tal que olvidarán las derrotas y la condición pasada y vivirán como cristianos victoriosos e invictos.

La palabra ocho es la palabra hebrea shemoneh que significa “uno que abunda en fuerza”, y como sustantivo significa fertilidad. Este significado combinado con el significado del 3 que es solidez de lo que está entero, lo fructífero, lo fértil junto con lo completo Dios me reveló que dará fuerza y poder a los que por alguna debilidad no han podido ser fructíferos. Nos conviene este año. Algunas mujeres que no han tenido fuerzas para parir, este año Dios anuncia que recibirán la fuerza para concebir, retener el embarazo y ser fructíferas. Las Saras, la Rebecas, las Raquel, las Ana y las Elizabet parirán; y esto se aplica a las iglesias que no han sido fructíferas. En el año 2024 Dios termina con la infertilidad en muchos y en muchas en el aspecto físico, material y espiritual (el que tenga oído, oiga lo que espíritu dice a la iglesia).

  • Ahora llegamos al número 24 que es 12+12. El doce es uno de los números perfectos, su significado es gobierno o la perfección del gobierno, por ejemplo, las doce tribus de Israel, los doce apóstoles; Jesús dijo: ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53). Toda la Biblia nos dice que el doce representa gobierno, y siendo que el veinticuatro es doce más doce quiere decir que el significado se expresa de una manera más elevada, y hace doblemente intensivo y concentrado al número doce; gobierno al cuadrado. Cuando apliqué proféticamente el significado del veinticuatro en la combinación seis por cuatro, hablé del aumento de las actividades del gobierno de los hombres y de Satanás en contra del Reino de Dios, ahora voy a hablar del Gobierno de Dios, y esto es lo que Dios anuncia:

El Señor en su autoridad soberana le permitirá al diablo, como príncipe de este mundo humano y pecador, que se mueva con cierta libertad para que se manifieste su iniquidad y se revele su maldad, pero simultáneamente esto le permitirá al Señor cumplir lo profetizado en su Palabra acerca de los días finales, además le concederá la oportunidad de realizar (o sea al Señor) los planes de su Reino y su voluntad. Les voy a decir algo que he dicho en otras ocasiones pero que no muchos han oído: el diablo es un siervo de Dios, solamente que él no quiere que Dios lo use, pero Dios lo usa, y por eso le llamo un siervo involuntario en las manos de Dios, porque él no quiere servir a Dios y él no sabe que Dios usa todo lo que él hace para luego glorificarse.     Como lo vieron en el libro de Job, él acabó con Job, hizo de todo, pero al final vino Dios y acabó con el diablo, reveló el corazón de Job, de los amigos de Job y el que triunfó fue Dios. Dios estaba oculto mientras todos hablaban y discutían, pero al final apareció Dios y puso las cosas en el orden suyo, así va a pasar con el diablo, él lo deja actuar, porque dice que Dios tiene al diablo para un día, y cuando quiere disciplinar y lo usa. Cuando el Señor anunció todas las cosas de los últimos días eran las obras del hombre y de Satanás, y como el mal se iba a multiplicar en todas sus formas, pues está anunciando las obras de Satanás, pero Dios aprovecha para lograr su propósito.

La obra de Satanás es la oportunidad de Dios para manifestar su sabiduría, su poder y Salvación. Mientras le da la oportunidad al diablo de que manifieste su maldad e iniquidad para que se revele quién es él y las consecuencias de sus hechos, entonces simultáneamente Dios usa al diablo y es una oportunidad para manifestar todo lo que es su Reino (sabiduría, poder, salvación, santidad, bondad, amor, etc.). Como el 2024 significa doblemente gobierno así será la operación e intervención de Dios con autoridad suprema en los asuntos humanos. En otras palabras, si Dios actuó de cierta manera en años anteriores, esta vez Dios va a multiplicar su actividad suprema, soberana en este mundo en el próximo año. El Dios todo Poderoso y Soberano no solo trabajará en el 2024 para combatir y neutralizar las obras y actividades satánicas, sino que obrará para cumplir lo que de antemano había determinado hacer en estos trescientos sesenta y cinco días de este año. Dios no puede ser vencido de lo malo así que este año será evidente que su autoridad es soberana, es suprema y que los designios de su voluntad se realizarán con eficacia y perfección, sin impedimentos, porque nadie puede obstruir los caminos rectos del Señor.

El año 2024 es un año donde prevalecerá el dominio y el poder del Dios del Evangelio. Todo hijo de Dios y todo ministro suyo que se someta este año al dominio del Gobierno de Dios recibirá una poderosa unción de autoridad. Tiene autoridad el que vive a Dios y el que se somete a Dios. Veía en mi espíritu, mientras escribía, una impartición de una unción de autoridad y poder en los ministros que se sometan al régimen del Espíritu Santo. (Les dije que Dios me ha mostrado en diferentes momentos: unción, unción, unción en este año próximo). La palabra será predicada con unción, no solamente con revelación, sino que va a haber unción. Va a haber tanta unción que muchos van a ser compungidos de corazón, y dirán como aquellos que le dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37). O como aquel carcelero que se tiró a los pies de Pablo y Silas y temblando les dijo: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos16:30). Otros dirán como los discípulos camino a Emaús que se decían el uno al otro: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (Lucas 24:32). Cuando hablemos la palabra van a arder los corazones de las gentes y serán compungidos de corazón y dirán: «Hermanos ¿qué hay que hacer para ser salvos?» De lo que la iglesia ha carecido por años, por descuidos y por la decadencia espiritual es posible que se haga este año si nos sometemos a Dios y seguimos a Dios en sus caminos y en sus propósitos.

La palabra será predicada con unción de autoridad, las almas se convertirán constreñidas por el poder del Evangelio, los demonios no solamente serán echados fuera, sino que nos obedecerán como lo hicieron en el ministerio de Jesucristo; correrán los demonios. La fe se impondrá a la duda, el amor tomará dominio sobre el odio y el resentimiento; la debilidad será subyugada por la fuerza del Poder de Cristo; lo divino prevalecerá y vencerá las obras infructuosas de las tinieblas; el reino de Satanás se tambaleará, el infierno será estremecido por la autoridad ungida de los siervos que vivan al vida del Reino. Esto es lo que el Espíritu anuncia a la iglesia.        La luz disipará las tinieblas, la muerte se ahuyentará para ceder lugar a la vida, la enfermedad será sustituida por la salud. ¿Lo creen? Verán la gloria de Dios. Los débiles serán fuertes, los caídos se levantarán y la iglesia volverá a vivir la victoria de Cristo. Esa es la intención del Padre con nosotros en el 2024 si lo creemos y lo seguimos.

El Señor comunica a su amada iglesia sus deseos y sus planes para el 2024, todo el que cree a esta palabra la verá cumplida en su vida. El Señor Jesucristo se levanta de su trono, y vuelve a decir a la iglesia: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; […] Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mateo 28:18-19; Marcos 16:15). Si recibimos con fe esta palabra y la atesoramos en nuestros corazones y la vivimos en el espíritu se cumplirá este año 2024 en nuestras vidas las palabras del apóstol Juan en Apocalipsis cuando dijo: El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15). Unción, unción, unción, poder, unción de autoridad sobre la iglesia; ¡levántate tú que duermes, levántate tú que duermes, levántate de entre los muertos y te alumbrará Cristo! Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. Tiempo de gloria, tiempo de la presencia del Señor. Eso es lo que anuncia el Espíritu de Dios. El fuego del Pentecostés, las lenguas de fuego caerán sobre nuestras cabezas y volveremos al celo, a la pasión, nada va a sustituir a Dios, nada va a competir con el amor de Dios en nuestras vidas.

  • El número 24 es la suma de 20+4. Veinte es el doble de diez; el diez es el número de la perfección del orden divino, implica lo que está completo, donde nada falta y donde nada está de más; nos habla de totalidad (p. ej. los diez mandamientos, los diezmos, las diez plagas, las diez vírgenes, etc.). Entonces, el número veinte es el doble del diez lo cual lo hace más intenso, lo hace más concentrado y se aumenta el significado doblemente. Esto significa que el orden divino, lo completo, lo total se duplica en su significado, connotación y trascendencia. Eso es el número veinte. Pero cuando en el 2020 (atención) estudiamos el significado del número veinte, vimos que la Biblia lo usa para revelar un tiempo de liberación, o sea donde se completa el proceso disciplinario de Dios para liberarnos. Puse el ejemplo de cómo veinte años esperó Jacob para conseguir la posesión de sus mujeres y sus propiedades en casa de su suegro Labán, ¿recuerdan? Lo afligió Labán, trabajó catorce años por las dos mujeres, y el resto para completar veinte años por su ganado, y Jacob le dijo: Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces” (Génesis 31:41). Duró veinte años, pero en esos veinte años Dios lo estaba procesando, y al cabo de los veinte años Dios completó la disciplina con él. Veinte años esperó Israel un libertador que pusiese fin a la opresión de Jabín (Jueces 4:3, 22). Veinte años esperó Israel su liberación por medio de Sansón (Jueces 16:1,30). Veinte años esperó el Arca del Pacto en Quiriat-jearim antes de que David la llevara al lugar de su reposo (1 Samuel 7:2). Veinte años esperó Salomón para construir las dos casas, la de Dios y la suya (1 Reyes 9:10). En el año veinte de Artajerjes, Nehemías se levantó a reconstruir los muros (Nehemías 5:14). Estoy citando todos estos ejemplos que ya vimos el año 2020 solamente para decir que en veinte años Dios completó el proceso, lo terminó.

Ya dijimos que el cuatro es el número de la creación del hombre en su relación con el mundo como creado; es el número de las cosas que tienen un comienzo, y de las que son hechas y de las cosas materiales, y de la misma materia, representa la plenitud material. Atención a este paréntesis (el Espíritu revela que el Señor no ha concluido la obra que comenzó en el 2020, sino que esa obra o proceso se extenderá del 20 al 29; eso lo estoy repitiendo, lo dije en el 20, 21, 22 y lo dije el año pasado hablando del veinte, en otras palabras, aplicamos lo de Jacob, lo de Jabín, el Arca, etc., que se terminó. Mas, lo que yo veo proféticamente es que en el veinte Dios terminó algo, en el veintiuno terminó otra cosa, en el veintidós terminó otra cosa, en el veintitrés terminó y quitó las grietas, en el veinticuatro va a hacer todo lo que está diciendo, en el veinticinco hará lo que determine, así sucesivamente, y cuando llegue al veintinueve, antes de llegar al treinta, Dios habrá completado todas las cosas que se ha propuesto en tu vida y en la mía). Esto lo estoy repitiendo y lo voy a repetir el año que viene para que me entiendan; es que esta aplicación del veinte no terminó en el veinte, sigue hasta el veintinueve porque es algo que Dios está completando, es un proceso; él completa una cosa primero y pasa a la otra, e irá completando hasta llegar a la culminación total, por eso iremos de gloria en gloria y de poder en poder hasta llevarnos a la plenitud. ¡Aleluya!!

El veinte representa lo doblemente completo, pero también es el número de la liberación. Diez representa una década, así que en el veinte sigue Dios completando, y por diez años va a completar. Cuando llegue el treinta, tres veces diez, Dios seguirá completando y perfeccionando. Esta es la década de la completación y de la totalidad, del veinte al veintinueve. De acuerdo con el significado del número veinte, en los diez años de esta década (del veinte al veintinueve) el Señor irá completando tanto en las diferentes áreas de nuestras vidas (personales, familiares) como en lo ministerial, pero sobre todo en nuestro sacerdocio. En este punto es preciso explicar lo que significa sacerdocio, porque nosotros hemos limitado el sacerdocio a la adoración y estamos equivocados. La adoración, el canto, es solo un aspecto de lo tanto que implica el sacerdocio. El sacerdocio —lo voy a describir más adelante— rige todo lo que es atender a Dios, la relación con Dios, etc., así que sacerdocio es el cántico, la oración, la obediencia, el servicio, la relación con los hermanos, la santificación, todo lo que rige el agradar a Dios.

Esta es la década del perfeccionamiento y la consumación. En el 2024 (ahora viene la aplicación a este año) él se ha propuesto completar su obra en ciertas áreas sobre todo en nuestro sacerdocio. Van a ver que esto no es una aplicación arbitraria mía, sino que la Biblia lo dice. El número veinte significa lo que está doblemente terminado o concluido, pusimos diferentes ejemplos, pero además el número cuatro es el número de la plenitud. La palabra plenitud significa cualidad de pleno, implica totalidad, integridad, apogeo, lo culminante. De manera que el 2024 será un año de suma totalidad, no totalidad, suma totalidad, de plenitud de totalidad, de plenitud de culminación, de apogeo y de logros. Fíjense el significado de este número, amados, en cualquier ángulo que lo vemos representa lo grandioso, estamos en tiempos de Dios; de manera que el 2024 será un año de suma totalidad, de plenitud de totalidad, de plenitud de culminación, de plenitud de apogeo y de plenitud de logros consumados. Los que crean esta palabra profética y la reciban como palabra y promesa de Dios al verla cumplida en ciertas áreas de sus vidas se sentirán tan realizados en Dios que clamarán triunfantes como el salmista David: “… Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando” (Salmos 23:5), porque eso es lo que significa lo pleno. El veinte significa lo completo, lo pleno y el cuatro plenitud, lo mismo. Entonces este año mi copa va a estar rebosando ¿cómo va a estar la copa mía? Rebosando, ¿por qué? Porque el bien y la misericordia me seguirán este año (Salmos 23:6). ¿Cómo estará nuestra copa en el 2024? Rebosando. Mi copa en este año estará rebosando ¿sabes por qué? Porque Jesús es aquel que lo llena todo. Jesús es la plenitud de aquel que lo llena todo (Colosenses 2:10). ¿Cómo estamos en Cristo? En Cristo somos el 10, en Cristo somos el 20 y en Cristo somos el 24. ¿Por qué? Porque en él estamos completos, no nos falta nada, él es que nos llena y nos rebosa.

[Yo no sé si ustedes todavía tienen apetito, porque acuérdense que el número veinticuatro habla de lo sustancioso, de lo jugoso, así que trata de digerir todo esto]. Dije que en el área donde el Señor más trabajará para completar su obra y su propósito en nosotros es en nuestro sacerdocio. El sacerdocio incluye todo lo que abarca nuestro servicio a Dios: adoración, koinonía, diaconía, mayordomía, enseñanza, proclamación del Evangelio, gobierno de Dios, dominio propio, todo lo que demanda la santidad, amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda la mente, toda el alma. Incluye toda nuestra relación con Dios, cómo le agradamos y todo lo que hacemos para agradarlo. Sacerdocio es toda mi relación con Dios.

El número cuatro está muy relacionado con nuestro sacerdocio. Dice en el libro de Éxodo: Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. […] Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado” (Éxodo 25:10,12). El arca era donde se manifestaba la gloria de Dios, y ahí está el cuatro en los anillos del arca. Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. […] Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas” (vv. 23,26). Ahí está el cuatro en la mesa de los panes. “… y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores” (v. 34), ahí está el cuatro en el candelero. La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida. […] La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán las once cortinas” (Éxodo 26:2,8). Tambien el cuatro estaba en los velos: “… y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata” (v. 32) Tambien en el altar de bronce: “Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán parte del mismo; y lo cubrirás de bronce. […] Y le harás un enrejado de bronce de obra de rejilla, y sobre la rejilla harás cuatro anillos de bronce a sus cuatro esquinas” (Éxodo 27:2, 4). Estoy hablando cómo también el cuatro está relacionado con sacerdocio, ya lo vimos en el velo, mírelo también en el atrio cuando estuvo terminado: Sus columnas eran cuatro, con sus cuatro basas de bronce y sus capiteles de plata; y las cubiertas de los capiteles de ellas, y sus molduras, de plata” (Éxodo 38:19). Igualmente en el pectoral del sumo sacerdote: Y engastaron en él cuatro hileras de piedras. La primera hilera era un sardio, un topacio y un carbunclo; ésta era la primera hilera…” (Éxodo 39:10), y así sucesivamente prevalece el cuatro.

Lo que la Biblia revela acerca del 24

Ahora entramos a donde Dios va a definir lo más importante de este año. Ya hemos hablado de las combinaciones, de los números que son múltiplos del veinticuatro, ahora vamos a ver lo que la Biblia revela en cuanto al número veinticuatro, no en cuanto a las combinaciones numéricas, sino la revelación que envuelve la Palabra cada vez que menciona el número veinticuatro. De todos los textos de la Biblia que yo leí que hablan del veinticuatro y del veinticuatro mil que tiene que ver con el veinticuatro, todos, todos con excepción de uno hablan de sacerdocio, y ese también se puede concluir que tiene que ver con gobierno. Veremos que el número veinticuatro está relacionado con sacerdocio y gobierno en la Biblia. Por ejemplo, en 1 Crónicas dice Y de los hijos de Eleazar había más varones principales que de los hijos de Itamar; y los repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis cabezas de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho” (1 Crónicas. 24:4). ¿Cuánto son 16 + 8? Veinticuatro. Quiere decir que quedaban dos generaciones de los hijos de Aarón, Eleazar e Itamar, pues los otros dos (Nadab y Abiú) murieron cuando introdujeron fuego extraño en el altar (Levítico 10:1-2). Hecho así, los turnos de los sacerdotes en tiempos de David y Salomón estaban divididos en veinticuatro turnos, dieciséis de Eleazar y ocho de Itamar.

Otro ejemplo está en el libro de Números en donde todo un capítulo habla de las ofrendas que los príncipes de Israel, uno de cada tribu, trajo a Dios en la dedicación del altar: Ésta fue la ofrenda que los príncipes de Israel ofrecieron para la dedicación del altar, el día en que fue ungido: doce platos de plata, doce jarros de plata, doce cucharas de oro. Cada plato de ciento treinta siclos, y cada jarro de setenta; toda la plata de la vajilla, dos mil cuatrocientos siclos, al siclo del santuario. Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos cada cuchara, al siclo del santuario; todo el oro de las cucharas, ciento veinte siclos. Todos los bueyes para holocausto, doce becerros; doce los carneros, doce los corderos de un año, con su ofrenda, y doce los machos cabríos para expiación. Y todos los bueyes de la ofrenda de paz, veinticuatro novillos, sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, y sesenta los corderos de un año. Ésta fue la ofrenda para la dedicación del altar, después que fue ungido” (Números 7:84-88). Nota como prevalece el doce y el 24, y aun el sesenta, pues si sumas los sesenta carneros, con sesenta machos cabríos y los sesenta corderos de un año, hacen un total de 180 que son 12×15. En conclusión, aquí se nos habla de la dedicación del altar, las ofrendas de los doce príncipes que representan el gobierno de Israel, el sacerdocio de los que gobernaron, y ahí se juntan las dos varas “La vara del Sacerdocio y la vara del Gobierno”, porque son los príncipes dándole su ofrenda a Dios como sacerdotes.

Otro texto, 1 Reyes 15:33: En el tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años”, ahí dice que reinó Baasa veinticuatro año, eso nos habla de gobierno. En Nehemías 9:1: El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí”, o sea se humillaron delante de Dios desde el día 24, pero todo el capítulo habla de la humillación del pueblo delante del Señor, por lo que se destaca la relación del veinticuatro y el doce con gobierno y sacerdocio. También vemos en el libro de Daniel que dice: Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel” (Daniel 10:4). Ese fue el día en que Daniel tuvo la visión, y que el ángel de Jehová se le apareció para fortalecerle (v. 12).  Es decir, que desde el día en que Daniel comenzó a orar (porque estaba en ayuno y oración) mientras él ministraba al Señor en su sacerdocio, había una batalla en el cielo donde los ángeles de Dios, Miguel y Gabriel estuvieron luchando contra la oposición del príncipe de Persia y del príncipe de Grecia (v. 13). Quiere decir que había gobierno ahí, la batalla del gobierno del cielo con el gobierno del reino de Satanás; pero Daniel estaba en su sacerdocio, orando y ayunando delante del Señor, en el día veinticuatro.

Ahora veamos el libro de Hageo que dice: “Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío” (Hageo 1:14-15), cuando Jehová envió al profeta a alentar a los sacerdotes a continuar la reedificación del templo; y lo hizo el veinticuatro. Tambien dice más adelante hablándoles a los sacerdotes sobre las ofrendas e interrogándoles acerca de la ley: “A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No” (Hageo 2:10-12), y así sucesivamente los fue confrontando cuando ellos traían a la casa de Jehová cosa inmunda y por eso Jehová no bendijo sus graneros y fueron arruinados. Pero ahora dice Jehová: “Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré” (Hageo 2:18-19). En otras palabras, ustedes han sembrado no han cosechado, todo se ha reducido, vuestro sacerdocio ha estado mal, pero cuenten desde este día veinticuatro en adelante, desde que echaron el cimiento del templo y comenzaron a hacer mi obra, lo que va a suceder.

Luego el profeta se dirige a Zorobabel: Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo: Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra, y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano” (Hageo 2:20-22). ¿Quién era Zorobabel?  El gobernador de Judá. Es decir, ya Dios habló a los sacerdotes el día veinticuatro, ahora ese mismo día le habló al gobierno, a Zorobabel. Dios habla a los sacerdotes y habla a su gobierno en el veinticuatro, y el pueblo respondió al llamado profético en ese día. Y aplicando esta palabra proféticamente digo: en el año 2024 el Señor despertará el espíritu de los líderes o gobierno de la iglesia, como despertó el espíritu de Zorobabel; también el espíritu de los sacerdotes, o sea los adoradores, juntará las dos varas (la vara del sacerdocio y la vara del gobierno) y viviremos un tiempo de gloria, el cumplimiento del propósito con la ofrenda agradable de los sacerdotes del Señor. El Señor complacido levantará su poder y eficacia con la vara de su gobierno, habrá dirección, resultados en los ministerios de la iglesia y del Señor.

Dios este año va a juntar las dos varas: la vara del gobierno y la vara del sacerdocio. Con la vara del sacerdocio se agrada a Dios, y Dios agradado envía la unción de autoridad como ya hemos profetizado. Si no hay sacerdocio no hay autoridad. Cuando Dios está agradado con el sacerdocio, con nuestra manera de vivir, es que Dios envía su autoridad, su bendición y vida eterna. No andaremos cojeando ni dando traspiés como Israel en el desierto, que vagaba en sus propios caminos, sino que nuestros pies estarán firmes sobre la roca y andaremos por sendas derechas y por caminos rectos. ¿Qué le dice Dios a Zorobabel después de aquel día?  Que por medio de Zorobabel, su gobierno, hará temblar los cielos, la tierra, trastornará los tronos de los reinos, destruirá las fuerzas de los reinos, de las naciones, trastornará los carros y los que en ellos suben y vendrán abajo los caballos con sus jinetes como profetizó. ¿Y saben ustedes como termina ese capítulo de Hageo? En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:23). ¡Oigan ancianos, pastores, líderes! En Zorobabel Dios nos está hablando a nosotros, a él en el día veinticuatro y a nosotros en el año 2024 y dice que desde ahora en adelante no va a haber cosecha escasa y los enemigos no nos van a gobernar, algo va a suceder en el día veinticuatro, en el año veinticuatro. Dios este año va a honrar su gobierno dándole honra, poder y autoridad. Como mostró Jehová al profeta Zacarías que a los enemigos que habían acosado a Jerusalén, Dios levantó cuatro carpinteros que representaban a cuatro cuernos que vinieron a derribar el poder de las naciones que se levantaron contra su pueblo (Zacarías 1:7-21).

Asimismo, vemos el 24, el gobierno en el Nuevo Testamento: “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas” (Apocalipsis 4:4). Nota: veinticuatro tronos, gobierno. Los veinticuatro ancianos, cumple lo que Dios promete en Apocalipsis 1:6, donde dice que Dios nos hizo reyes y sacerdotes para Dios su Padre. Ellos eran reyes y sacerdotes, y noten sus vestiduras, estaban vestidos de blanco (efod), representando la pureza. Y estos veinticuatro ancianos con coronas y tronos reinaban (gobierno). Continuemos leyendo: Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás” (Apocalipsis 4:5-6). ¿Cuántos seres vivientes? Cuatro, un numero simbólico que ya hemos visto en los muebles del tabernáculo, en el arca, en la mesa, también en el pectoral de los sacerdotes, etc.  (leer Ezequiel 1 y10 donde habla de los cuatro seres vivientes).

Continuemos: Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono…” (Apocalipsis 4:8-10). Más adelante vemos tambien: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; […] Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5:8,14).  El veinticuatro está representando por ancianos que a su vez representan al gobierno y al sacerdocio, pues vemos que tenían tronos y coronas, pero al mismo tiempo se postraban adorando al Señor, porque también eran sacerdotes. En el veinticuatro se une el gobierno y el sacerdocio; con la vara del sacerdocio se agrada a Dios y con la vara del gobierno Dios responde para hacer poderosamente lo que se ha propuesto. Y veo aquí que todos los que gobiernan tiran sus coronas y adoran al Señor. La autoridad no es para yo jactarme, engrandecerme, destacarme, sino que todo lo que Dios me da, toda corona de gloria, me paro del trono del gobierno, me quito la corona de mi gobierno y la tiro a los pies del Rey reyes y Señor de señores. Como el fondo y la forma usted no puede separar gobierno de sacerdocio.

El número veinticuatro mil al igual que el veinticuatro siempre está relacionado con sacerdocio y gobierno. Por ejemplo, en la rebelión de Baal-peor, donde hubo mortandad en el pueblo de Dios por causa de haber dejado vivas a la mujeres de Moab, quienes por consejo de Balaam indujeron al pueblo a prevaricar contra Jehová (Números 25:9; 31:16), ahí Dios mató a veinticuatro mil del pueblo. En 1 Crónicas 23:1-4 leemos: Siendo, pues, David ya viejo y lleno de días, hizo a Salomón su hijo rey sobre Israel. Y juntando a todos los principales de Israel, y a los sacerdotes y levitas, fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus cabezas, contados uno por uno, treinta y ocho mil. De éstos, veinticuatro mil para dirigir la obra de la casa de Jehová, y seis mil para gobernadores y jueces”. Nota como David llama a los príncipes y a los sacerdotes a unirse para dirigir el nuevo tiempo. Más adelante dice: Éstos son los principales de los hijos de Israel, jefes de familias, jefes de millares y de centenas, y oficiales que servían al rey en todos los negocios de las divisiones que entraban y salían cada mes durante todo el año, siendo cada división de veinticuatro mil” (1 Crónicas 27:1). David dividió su reino en doce divisiones de veinticuatro mil, siendo doce jefes que entraban y salían una vez por mes, resultando doce líderes por doce meses; y eran veinticuatro mil en cada grupo, doce grupos, en todo ciento cuarenta y cuatro mil (poderosísimo eso). Quiere decir que tanto los sacerdotes como los príncipes de Israel estaban divididos en veinticuatro ¿una casualidad? No creo, gobierno y sacerdocio.

Cada vez que en Israel había sacerdocio había gobierno, y cuando se juntaban las dos varas había prosperidad y bendición en el pueblo. Dios le dio a Moisés la vara que hizo tantos milagros (Éxodo 7:15), la vara del gobierno, y a Aarón la vara que reverdeció, la vara del sacerdocio (Números 17:23), y unió las varas en esos dos hermanos. En el tiempo de Josué, mientras vivió Josué, Josué era gobierno y Eliazar que vivía en ese tiempo era el sacerdote, y entre los dos conquistaron a Canaán, las dos varas juntas (Josué 14:1). Pasó el tiempo, vino una generación que no conoció al Señor, que fue el tiempo de los jueces (Jueces 2:10). Los jueces no buscaban a Dios, el gobierno estaba desbandado, tampoco había sacerdocio, por lo cual fueron trescientos años de ruinas porque no estaban juntas las varas. En tiempo de Samuel, Samuel era juez (gobierno) y también era sacerdote y profeta, así que él tenía las dos varas (1 Samuel 3:20). Saúl, por su parte, como rey de Israel fue un fracaso, pues a pesar de ser un tremendo líder, no tuvo sacerdocio y no le obedeció a Dios. Aunque Samuel lo quiso ayudar como sacerdote, pero él no se dejó y no obedeció (1 Samuel 15:28). Luego vino David, y con él todo cambió. David aunque no tenía el título de sacerdote, tenía el afecto en la casa de Dios; él cambió el culto en Israel, y Dios lo usó para muchas disposiciones dice la Biblia. David tenía una tremenda relación con Natán que era profeta (1 Crónicas 17:2), y también con Samuel. Aun cuando lo perseguían se iba donde el sacerdote a consultar a Jehová antes de tomar cualquier decisión (1 Samuel 16:13). El tiempo de David fue de gloria, porque tanto él como gobierno se llevaba bien con Sadoc el sumo sacerdote, y también con Natán el profeta, había gloria en Israel (1 Reyes 1:32).

Después Salomón es elegido rey para sustituir a su padre David. Salomón continuó la relación que tuvo su padre con Sadoc y al principio le fue muy bien (1 Crónicas 29:22), pero después se prostituyó cuando se apartó de Dios y ya no había sacerdocio, y en consecuencia fracasó su gobierno (1 Reyes 11:6). Cuando Salomón muere se divide Israel en dos reinos, reino del norte (Israel) y reino del sur (Judá) (1 Reyes 11:31). El reino del norte o Israel le fue dado a Jeroboam e inmediatamente este hizo dos altares, por miedo a perder el trono, prostituyendo así el sacerdocio y separando al pueblo de Dios (1 Reyes 12:26-30). Por 209 años ninguno de los reyes del reino del norte le sirvió al Señor. Eso significa que la vara del gobierno estuvo divorciada de la vara del sacerdocio, y aunque Dios mandó a Elías, a Eliseo y a muchos otros profetas, nunca escucharon a Dios, hasta que Jehová los envió a las naciones, y los dispersó. El reino del sur o Judá, por su parte (los hijos de David) tuvo algunos reyes que fueron fieles, pero no todos hicieron lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre (1 Reyes 15:3; 2 Reyes 14:3; 16:2; 2 Crónicas 28:1). Entre los hijos de David hubo algunos que se destacaron, como Asa, Ezequías entre otros. Este último hizo una reforma religiosa tremenda, y volvió el pueblo a Dios, y ahí se juntaron las dos varas. Josías hizo lo mismo juntó las dos varas, y hubo prosperidad (2 Reyes 22, 23). Luego, en el tiempo que terminó la cautividad, también Esdras y Zorobabel, sacerdote y gobernador respectivamente, unieron las dos varas. Luego se añade Josué, el sumo sacerdote. Y vemos que cuando había gobierno y sacerdocio unidos, cuando las dos varas se juntaban había prosperidad y bendición en el pueblo.

En el Nuevo Testamento vemos lo mismo. El día de Pentecostés estaban juntos ministrándole al Señor, y de repente vino del cielo una explosión y muchas almas fueron salvadas. Y si seguimos leyendo en el libro de los Hechos vamos a ver que todo se hizo con oración. En el capítulo 10, estaba Pedro orando en la azotea, y Cornelio estaba ministrándole al Señor en su casa, y Dios los juntó a los dos, y ahí comenzó el Evangelio a favor de los gentiles. Pedro estaba preso en la cárcel, pero la iglesia hacía oración sin cesar por él, capítulo 12. En el capítulo 13 leemos que estaban los apóstoles, maestros y profetas orando y ministrando al Señor, y el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hechos 13:2). Cada vez que la iglesia tiene sacerdocio viene el poder, porque Dios extiende la vara de su autoridad.

Aplicación profética del 2024

Finalmente, quiero compartirles algo muy tierno, y con esto termino. De la manera que el número veinticuatro es muy rico en significados, así será el cumplimiento profético del 2024. El año 2024 será un año glorioso en acontecimientos y cumplimiento profético. El Espíritu anuncia que excederá en gloria a todos los años anteriores que hemos vivido hasta ahora. 2024 va a exceder a todos los años anteriores. En mi visión profética puedo ver el corazón del Padre (y Dios me reveló su corazón) y él desea manifestar su buena voluntad como lo hizo en el anuncio de los pastores de Belén: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14) ¿Sabes lo que es buena voluntad? Cuando usted hace algo con agrado, con satisfacción, voluntariamente; y Dios con gran satisfacción obrará a favor de su iglesia y su propósito este año.

El Señor dice: «Mi corazón está lleno de gracia y misericordia. Deseo bendecir y honrar a mis hijos como nunca. Mi buena voluntad en mi Hijo Jesucristo se dispone a favor de mi pueblo». Ahora nota las preguntas de Dios: «¿Dónde está el pueblo que me anhela? ¿Dónde están los santos que me buscan? ¿Dónde están las ovejas que me reclaman y me necesitan? ¿Dónde están los hijos que tienen hambre y tienen sed del Padre? ¿Dónde están los que aman la verdad, celan la justicia y prefieren más mi gloria que los placeres temporales y mundanales? ¿Dónde están?, pregunta Dios. ¿Dónde están los siervos que desean ver el Reino de su Señor? ¿Dónde se encuentran los que apetecen lo eterno y no se conforman con este siglo? ¿Dónde están?, pregunta el Padre. ¿Dónde moran los que cansados de los deseos y las vanidades ilusorias del mundo claman con desesperación la manifestación de la gloria eterna, los que no se sacian con nada material ni temporal, sino que buscan los celestial y lo perenne? ¿Dónde están?, pregunta el Padre, ¿dónde están?

¿Saben tú por qué pregunta? El Padre celestial responde antes que tú respondas: «Yo el Padre los llamo, y salgo en vuestra búsqueda en el 2024. ¿Dónde están? Yo los voy a buscar y los voy a llamar en el 2024. [Pongan atención a cada palabra, porque a mí me enterneció esto; nunca he profetizado algo tan tierno como esto]. Llamo A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” (Isaías 55:1). Grande y divino es mi deseo de bendecir a mi pueblo; es más que un anhelo, es una necesidad urgente y apremiante, se me estremecen las entrañas», dice el Padre. «Tiembla mi corazón, mi buena voluntad está servida como un banquete delicioso y suculento para vosotros. Venid y comed son dinero y sin precio». ¡Aleluya!

En el 2024 nos favorece la buena voluntad de Dios. Es más que un anhelo, es un impulso glorioso, le tiemblan las entrañas de tanto amor, como sucedió con Efraín cuando dijo: ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová” (Jeremías 31:20). Escuchen, porque estas son palabras mayores: «Yo siento lo mismo en el 2024 que sentí cuando llamé a mi Hijo, y le dije después de su victoria en la cruz: “Siéntate a mi diestra…” (Salmos 110:1). Siento lo mismo que ese momento. ¡Qué placer fue volver a ver mi Hijo después de nuestra separación! ¡Cuán grande fue mi gozo al volverlo a ver y sentirlo a mi lado, cerca de mi divino pecho. En otras palabras, lo mismo que yo sentí cuando le dije a mi Hijo, ven siéntate a mi diestra, y se sentó que yo lo sentí tan cerca; es lo mismo que siento por vosotros en el 2024». Estas palabras son demasiado sublimes para mí no las entiendo.

Y miren lo que sigue diciendo: «¿Lo pueden comprender? Eso es lo que estoy sintiendo en mi Hijo a favor de vosotros; aprovechen el tiempo de vuestra visitación en el 2024, aprovechen el movimiento del agua, la manifestación de la gracia divina y los tiempos de refrigerio en la presencia de Dios». Aprovechemos que Dios quiere, aprovechemos que Dios lo desea, aprovechemos que Dios siente urgencia de hacerlo. ¡Dios mío! Esto es demasiado, y miren lo que dice Dios: «Los reto y les digo, prepárenme el camino en el 2024 y les aseguro por mi Santidad como juré a David, que se manifestará mi gloria y miles y miles lo verán, porque mi boca lo ha hablado. Este es el año de mi sacerdocio y de mi gobierno, me he propuesto en mi Santo Hijo juntar en el 2024 las dos varas: la vara del sacerdocio y la vara de mi gobierno, y de mi autoridad. Si me agradan con vuestro sacerdocio, yo complacido obraré poderosamente con la vara de mi poder y dominio. Con vuestro sacerdocio me preparan el camino, y yo con mi autoridad y Señorío paso para manifestar mi gloria y mi poder». Dios nos reta, prepárenme el camino con nuestro sacerdocio y yo pasaré con mi gloria haciendo milagros, señales, prodigios y voy a hacer temblar el reino de Satanás y de los hombres.

Escuchen, Dios dice: «Le quité mi gobierno y autoridad a Adán, porque perdió su sacerdocio, pero concedí a mi Hijo Jesucristo toda autoridad y señorío en los cielos y en la tierra, porque él me honró y complació perfectamente por medio de su vida sacerdotal. Por eso, lo hice sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec, en él y por él los he hecho a vosotros reyes y sacerdotes para siempre. En otras palabras, la vida de Cristo fue una vida de sacerdocio, en la manera que le honró a Dios y le sirvió a Dios. Y ¿qué hizo Dios después? Le dijo, ven siéntate a mi diestra y vamos a poner a los enemigos por estrado de los pies (gobierno). Escuchen bien y con atención, dice Dios: «No hay gobierno y autoridad si el sacerdocio no es digno de mí. El sacerdocio es lo que mueve mi corazón para que entonces se mueva mi mano toda poderosa a vuestro favor y a favor de mi propósito». En otras palabras, el sacerdocio mueve el corazón y se mueve entonces la mano de Dios para imponer su autoridad en la tierra. «Si quieren mover mi mano para que yo obre con poder a favor vuestro y de mi propósito, entonces ejerzan con santidad, verdad e integridad vuestro sacerdocio». ¿Quieren ver el poder y la autoridad de Dios manifestarse en vuestras vidas, en la iglesia, el mundo y en Israel? Amados, siempre ha sido con la adoración que nos hemos reconciliado con Dios en toda la historia del pueblo de Dios.

La vara del sacerdocio es la que mueve la vara del gobierno, la vara de la autoridad y del poder. La autoridad no radica en nuestra posición (soy anciano, soy profeta, soy super intendente, etc.), y nombramiento, sino en una vida semejante a la de Cristo.  En otras palabras, tiene autoridad el que vive a Dios. Hay personas aquí en la iglesia que no son ministros en el sentido de ser un anciano, pero son personas que tienen una autoridad espiritual, porque pasan noches y días en la presencia de Dios y viven de tal manera que el diablo tiembla, y Dios se acerca a ellos. La autoridad no radica en nuestra posición o nombramiento sino en una vida semejante a la de Cristo, el que vive conforme a Dios obrara conforme a Dios, en otras palabras, va a tener poder como Dios. La vida de Dios en nuestro sacerdocio es lo que hace manifiesta la autoridad de Dios en nuestra vida.     Sin sacerdocio solo hay debilidad, con sacerdocio habrá poder, vida, honra y autoridad. Dios dice que este es el año del Sacerdocio y del Gobierno.

Cada vez que la Biblia habla del 24 habla de sacerdocio y de gobierno, y ente tantas maravillas que Dios nos dijo con todas las combinaciones numéricas, Dios quiere resumir todo en lo dicho anteriormente: lo que Él va a hacer depende si hay un sacerdocio fiel. Dios dijo cuando la casa de Elí le deshonró, dijo: Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días” (1 Samuel 2:35). Eso es lo que Dios quiere hacer este año, quiere hacer un sacerdocio conforme a su corazón para él mover su corazón, como lo dijo, a favor de nosotros. Falta un minuto para que veamos el año de la buena voluntad de Jehová, el año donde se juntan las dos varas. Ahí está la gloria, ahí está la primicia. Miren todos, faltan segundos y mirarán el año de la gloria de Dios, el año del sacerdocio. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¿Saben ustedes? Desde agosto para acá entramos en el año treinta, después que cruzamos el Jordán, el año del sacerdocio, y estamos terminando el libro que hemos titulado: “El Real Sacerdocio – la adoración según Dios” y está casi terminado.

Mientras yo corría, hace un momento, con las dos varas, Dios me reveló algo. Esta vara me la dio un joven, el hijo de Bernarda. Él la preparó hace unos años para que fuera la vara del poder, de la autoridad; y con esta vara, como un símbolo, el pastor Hugo anduvo por muchos países del mundo llevando la autoridad de Dios. Pero Dios me dijo, vamos a hacer una vara más representativa, porque esto de las dos varas me lo dijo el viernes. Entonces, llamé a Hugo y le dije: ¿Tú tienes una vara por ahí? Sí —me contestó—, yo tengo una chiquita. Y esta es la que ahora sostengo en mis manos, pero vamos a hacer una semejante a esta, bonita, igual a la vara del sacerdocio. Por muchos años el pastor Hugo anduvo viajando con esta, extrañamente en un avión, haciendo el trabajo espiritual. Y este año Dios lo mandó al centro de la tierra, y al norte, a diferentes lugares con la vara llevando un altar a Jehová. Y me dijo Dios: «Él en el lugar de Dios y de nosotros llevó las dos varas, llevó una y luego llevó la otra; ahora las llevaremos las dos, juntas son las gemelas de Dios. ¡Iglesia! Sacerdocio para que haya Gobierno. Preparen el camino con el sacerdocio y manifestaré mi gloria y toda carne la verá, dijo el Señor. Por eso nos mandó a reparar las grietas para que no haya impedimento, eso es sacerdocio.

«Padre, en el nombre bendito de Jesucristo. ¡Ay, Padre! Qué bueno es decir en nombre de todos, sino gracias, gracias por esta palabra. ¡Cómo tú nos hablas Señor! Esto no puede venir de hombre alguno, es la revelación de las Escrituras; este lenguaje no es extraño, este es lenguaje bíblico, es el lenguaje de tu corazón, conocemos este lenguaje Señor. Perdónanos, la iglesia por veinte siglos se ha divorciado del Sacerdocio y ha prevalecido la carnalidad y la humanidad, y por eso nos ha faltado el poder y hemos sido avergonzados delante de las naciones.      La primera iglesia tenía sacerdocio, tenía gobierno, tenía autoridad; el ministerio de Cristo fue de sacerdocio y de autoridad, y tú hiciste milagros extraordinarios y Satanás temblaba, así pasó en el tiempo de los apóstoles. Después la iglesia perdió su sacerdocio y se prostituyó el sacerdocio y caímos en religión y en formalismo religioso, ¡ay, Señor, hasta el día de hoy! Y ahora tú abres nuestros ojos para ver que por toda la Biblia cuando hubo sacerdocio tu corazón se complacía entonces venía la gloria tuya a favor de su pueblo, Señor y también a favor de tu propósito santo.

»Gracias por todas las cosas que tú has anunciado para el próximo año, Señor queremos vivir contigo esas cosas. Por eso tú preguntaste ¿dónde están?  Y nosotros decimos: henos aquí, habla que tus siervos oyen, habla que tus hijos oyen. Si preguntas ¿quiénes son esos que están dispuestos a dejarlo todo por ti? Aquí estamos, habla que tus hijos oyen, henos aquí, tómanos como enteramente tuyos, úsanos en tu servicio, tómanos, Señor, y danos el sacerdocio de Cristo para que tengamos la autoridad de Cristo. Cristo es el sumo sacerdote, pero es el Rey de reyes y Señor de señores, y en él se juntan las dos varas. Como dice en el salmo 110: Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec” (Salmos 110:4). Y después dice que tu pueblo se va a someter a ti en el día de tu poder, y le entrega el Reino hasta que todos tus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

»Señor Dios, gracias por hablarnos, te damos el corazón para que tú hagas lo que tú te has propuesto. Hoy dejamos nuestras actitudes carnales en el altar, nuestras debilidades, nuestras torpezas, y nuestra dureza de corazón, altivez, orgullo, arrogancia, todo lo que sea un impedimento. Hoy Señor lo traemos al altar y te decimos: Señor obra en nosotros; Señor queremos vivir en el Espíritu; Señor queremos vivir en el hombre nuevo que nos diste, en el corazón nuevo que nos distes, en el espíritu nuevo que nos diste. Queremos ser hombres y mujeres espirituales; queremos ser lo que tú quieres que seamos en este tiempo. Señor si tú quieres no te avergonzaremos más, queremos honrarte como nunca. Henos aquí, Dios, termina ya con esto, por favor no lo haremos con nuestra debilidad, lo haremos con tu fortaleza, no lo haremos con nuestros recursos, lo haremos con la gloria de Cristo. Señor danos ese sacerdocio y pon en nosotros la vara del poder de Cristo. Declaramos el 2024 el año de la buena voluntad del Señor, el año del Sacerdocio y del Gobierno de Dios. Gracias por hablarnos».

¡Feliz Año Nuevo en la Palabra de Dios!

Write a comment:

© 2023 El Amanecer de la Esperanza Ministry • Todos los derechos reservados
Síguenos: