En los últimos años el Señor nos ha venido hablando proféticamente por medio de mensajes sustraídos de su Palabra, y hemos visto el cumplimiento preciso de cada uno de ellos. Al entrar en este milenio, Dios ha utilizado el significado de los números para traernos el mensaje profético. Nadie que conozca la Biblia es capaz de contradecir la verdad de que Dios habla a través de los números. En los números, Dios descifra por cifras su voluntad y nos revela aquellas cosas que nos es necesaria tomar en cuenta en esta vida. Veamos a continuación la palabra profética revelada por el Señor al pastor Juan Radhamés Fernández, para este año 2018.

El Lenguaje de Dios a través de los Números

Todos los años de este milenio, ya Dios nos ha dicho, son proféticos. Recordamos cómo la iglesia esperó el año 2000, con mucha incertidumbre e inseguridad, por lo que la Biblia dice: Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él” (Oseas 2:11). En el caso de nosotros, estos años han sido proféticos y lo hemos visto cumplirse estos 17 años, donde se han cumplido cosas maravillosas profetizadas, locales para nosotros, y cosas que profetizo para la iglesia en general, y para las naciones. Dios ha usado la misma Palabra para profetizar, especialmente la numerología, o el uso de los números en la Palabra de Dios.  Es más allá de lo que nosotros hemos entendido. Yo me he dedicado a estudiar y es asombroso y maravilloso lo que Dios habla en la Palabra a través de los números; cosas que nos dejan perplejos, es para caer en hinojos a los pies del Señor, porque los caminos de Dios son perfectos. Y no solo los números en el aspecto espiritual, sino también en lo material, en lo físico, pues en todo lo que hay en la naturaleza, los números tienen un significado increíble. Por ejemplo, que en la música haya siete notas musicales (naturales) no es causalidad; que el período de gestación de embarazo de una mujer dure nueve meses, y en otras especies otro número determinado no es una casualidad, y estudiarlo es glorificar al Señor. Así como los cielos cuentan la gloria de Dios, de la misma manera todo lo que hay en la naturaleza nos habla de Dios, en misterios, manifestados en un tiempo y en una hora.

Dios, también, en la Biblia insiste en hablarnos a través de los números. Por ejemplo, en la Palabra hay tres números que son muy importantes en la Biblia, llamados los números perfectos, el 3, el 7, y el 10. ¡Cuántas veces Dios nos habla a través de estos números! Hay cosas que podemos ver a simple vista, usando una concordancia, pero hay otras que están ocultas. Por ejemplo, el uso de la gematría (método que depende de la asignación del valor numérico de cada letra del alfabeto hebreo), que usan los judíos para descifrar e interpretar la Torá o la ley, y ver cómo, mediante el alfabeto, las cosas increíbles que Dios revela y nos habla, mediante muchas enseñanzas y códigos encerrados ahí. Toda escritura es inspirada por Dios (2Ti 3:16), y él nos habla también a través de los números. En el caso de Israel, es asombroso cómo Dios ha usado las fiestas, jubileos, etc., el número de ellas, los números de días en su celebración, para hablarnos y manifestar su voluntad. Por lo cual, hemos estudiado lo que Dios revela a través de los números y hemos sustraído la enseñanza, y cuando lo hemos aplicado, vemos que Dios habla de esa manera también.

El significado numerológico del 18

En cuanto a este nuevo año en que entramos, 2018, podemos decir que el 18 es un número cargado de significados en la Biblia, porque es múltiple de 6 (6×3=18), y múltiple de 9 (2×9=18) y también es la suma de dos números de suma importancia en la Biblia, como lo son el 10 y el 8. Todos los números que están relacionados con el 18 son números con significados muy extraordinarios, y Dios nos habla a través de ellos. Lo que exponemos a continuación es lo que hemos encontrado de los expertos en numerología, al estudiar el significado de estos números, lo cual nos servirá de fundamento para el mensaje profético correspondiente a este año, que Dios me ha revelado, y así podamos entender las aplicaciones proféticas después. Concentrémonos primeramente en la relación que tiene el 18 con estos dos números: 10 y 18. Estos números están marcando algo, están enseñando algo.

El número 10 en la Biblia es uno de los números perfectos, y nos habla del orden divino. El diez origina el sistema de cálculo decimal, y marca todo el circuito de cualquier cosa. El 10 implica que nada falta, en su significado, que el número y el orden son perfectos, que todo el ciclo está completo. En resumen, el 10 nos habla de los que está completo, de totalidad, cuando no falta nada, cuando algo llega a la plenitud; se refiere a un ciclo que termina, un período que concluye, algo que llegó ya a su clímax, a lo último a lo máximo, no hay nada más qué hacer, todo terminó. Por ejemplo, Noé completó la era antediluviana en la décima generación, desde Adán hasta Noé pasaron 10 generaciones, y vino el diluvio y se acabó todo. Y el 10 marca el final de un tiempo en el propósito de Dios. El, el tiempo de la gracia termina con el diluvio, después de diez generaciones.

Los 10 mandamientos representan la totalidad de lo que debía el hombre a Dios, como marcando y reconociendo la demanda de Dios sobre todo lo creado. Los diez mandamientos nos hablan de la totalidad de las demandas morales de Dios para el hombre. En el caso de las diez plagas, éstas eran representativas del juicio completo de Dios contra Egipto. Él dijo: “Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra” (Éxo 9:14 R60), totalidad. Para Dios en las diez plagas Él les dio a los egipcios lo que merecían. El poder mundial del anticristo se comprende en los diez reinos simbolizados por los diez dedos en los pies de la imagen del sueño de Nabucodonosor (Dan 2:41); y por los 10 cuernos de la cuarta bestia de la visión de Daniel, y también en el libro de Apocalipsis (Dan 7:7; Apo 12:3). Diez naciones implican la totalidad de las naciones que han de ser la escena de las posesiones pactadas de Abraham (Gen 15:19-21). Estas diez naciones son las que Dios iba a desarraigar de ahí para plantar allí a Israel.

Labán “lavó” (engañó) a Jacob diez veces: Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces” (Gen. 31:41 R60), posiblemente eran más, pero al decir diez daba a entender que era el colmo, que la explotación llegó a lo máximo. Las diez rebeliones en el desierto según Números 14:22, Dios le dice a Israel: “todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz…” (Núm. 14:22 R60). Esto marca una serie completa de las perversiones de Israel. Las diez vírgenes de la parábola representan la totalidad de la nación de Israel, en distinción del remanente elegido que es la esposa (Mat 25:1-13). Mientras cinco denotan a aquellos que por gracia podrán decir: “He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará” (Isa. 25:9 R60). Nosotros hemos interpretado o aplicado que las 5 vírgenes prudentes era la iglesia, pero Jesús no estaba hablando a la iglesia —que es la esposa—, sino de las vírgenes que estaban esperando al esposo que se viene a casar con la esposa. Así que no estaba hablando de la esposa, aunque no estaba mal aplicarlo, pero lo correcto es que se refiere a Israel.

La décima generación completa, y representa toda la existencia o nación. En Deuteronomio 23:3 dice: “No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre” (Deu 23:3 R60), algo determinante, por diez generaciones no entrarán estos pueblos a mezclarse con el pueblo de Israel. Las parábolas del Reino son diez, en el evangelio de Mateo. Se dividen así: siete de ellas en el capítulo 13; y tres de ellas en los capítulos 22 y 25. Los injustos que no entrarán al reino de Dios son diez: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1Co 6:9-10 R60). Eso habla de algo que está completo, el colmo de la inmoralidad, y de cómo termina la gracia para los malos que no han aceptado la misericordia de Dios en Cristo Jesús.

En diez cosas se basa la seguridad de los santos, según el apóstol Pablo, cuando dice: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 8:38-39 R60). Esto nos habla de una completa seguridad en Cristo, una plena seguridad de que nadie nos apartará del amor de Cristo. ¡Amén! ¡Aleluya! Los diez “Yo Soy” de Jesús, en  el evangelio de Juan: 1. “Yo soy el pan de vida” (Jua 6:48); 2. “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo” (Jua 6:51); 3. “Yo soy la luz del mundo” (Jua 8:12); 4. “Yo soy el que doy testimonio de mí mismo” (Jua 8:18); 5. “yo soy de arriba” (Jua 8:23); 6. “Yo soy la puerta de las ovejas” (Jua 10:7); 7. “Yo soy el buen pastor” (Jua 10:11); 8. “Yo soy la resurrección y la vida” (Jua 11:25); 9. “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”  (Jua 14:6)1; y 10. “Yo soy la vid verdadera” (Jua 15:1).

Ahora hablemos del 8. La palabra hebrea “ocho” (shemoneh) viene de una raíz que significa hacer grueso, cubrir con grosura, sobre abundar. Como participio significa uno que abunda en fuerza; como nombre o sustantivo es fertilidad, sobreabundancia, aceite. En resumen, nos habla de lo que es sobreabundante, donde hay grosura, fertilidad. Así como siete se llama así, porque el séptimo día era el día de la consumación y reposo, de este modo, el ocho, que es el día que siga el siete, que estaba por encima, y era el primero de una nueva serie, además de ser el octavo. Representa a dos números en uno: al primero y al ocho. Dios hizo el mundo en 6 días y reposo el 7. Y dice la Biblia: Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo” (Gen. 2:1-2 R60). El séptimo nos habla de consumación, también, algo perfecto. El 7 representa la perfección espiritual, pero en este contexto cuando se consume algo. El día siguiente es el 8 por eso, el ocho es también primero. Siete denota aquello que está espiritualmente completo y satisfactorio, mientas el ocho denota lo que es sobreabundante, que colma, que sacia, que satisface completamente. Ocho es siete más uno, es por ello el número especialmente asociado con resurrección y la regeneración, y el comienzo de una nueva era u orden. Cuando toda la tierra quedó cubierta por el diluvio, Noé era la octava persona (2Pe 2:5), por eso está relacionado con una nueva tierra y un nuevo orden. Diez generaciones desde Adán hasta Noé, y terminó con todo, luego empezó con una nueva generación, la octava persona.

Jesús resucitó el domingo, murió el viernes, día sexto, día del hombre, como Adán que fue creado el sexto día, viernes. En la creación, Dios reposó el sábado, y Jesús también reposó el sábado en la tumba, y el séptimo día, el domingo por la mañana, comenzó la nueva creación, la resurrección, y se levantó de entre los muertos, para comenzar un nuevo ciclo, una nueva semana, una nueva creación. La vieja creación terminó cuando el cuerpo de Cristo —el segundo Adán— fue enterrado, sustituyendo a Adán (el primero), y cuando Cristo se levantó, el octavo día, representa un reinicio, un comenzar de nuevo. Dios destruyó todo y comenzó de nuevo con Noé; así también con Jesús, destruyó todo lo adánico, lo carnal, y empezó una nueva creación en Cristo. También la circuncisión se llevaba a cabo al octavo día, símbolo de un nuevo comenzar con un pacto con Dios (Gén 17:11-12). Cuando el niño era circuncidado en el octavo día, estaba comenzando a ser parte del linaje de Israel, y entraba hacer pacto con Dios, para disfrutar de los privilegios del pacto. El primogénito era dedicado al Señor en el octavo día (Éxo 22:29-30).

En la Biblia se registran 8 resurrecciones, aparte de la del Señor Jesús: tres en el Antiguo Testamento (1Re 17:22; 2Re 4:35; 13:21); y cinco en el Nuevo Testamento (3 en los evangelios (Mar 5:42; Luc 7:15; Jua 11:44), y dos en el libro de los Hechos -9:40; 20:9-10). Es decir que el ocho es numero de resurrección, cuando comienza algo nuevamente. La fiesta de los tabernáculos duraba ocho días (Lev 23:39). La transfiguración fue hecha en el octavo día (Luc 9:28-36), la cual representa la exhibición de la gloria que verían en su venida: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino” (Mat 16:28 R60). Con la transfiguración, Jesús le dio evidencia y garantía de que él volvería, y al mostrarle su gloria, le anticipó su gloria en su venida. Los milagros de Elías fueron 8, y los de Eliseo 16, porque él pidió una doble porción del espíritu del profeta (2Re 2:9).

El nombre Jesús o iesous (Yejoshúa) en griego —en el sentido gemátrico— es representado por la trilogía del número ocho: 888. Si tomásemos las letras del nombre de Jesús en griego y le damos su valor numérico sería: 10 (iota) + 8 (eta) + 200 (sigma) + 70 (ómicron) + 400 (upsilon) + 200 (sigma) = 888. El ocho nos habla de lo superabundante y de lo que comienza, por lo que su énfasis triplicado nos habla de la expresión suprema de su significado. El número 18, también es la suma de 9 + 9 o 2 x 9. El nueve nos habla del fin, de lo que concluye, es el número del juicio, y también de finalidad. Por cuanto el juicio ha sido encomendado a Jesús, como el hijo del hombre (Juan 5:27; Hechos 17:31), marca lo completo el fin y el resultado de todas las cosas en cuanto al hombre: el juicio del hombre y de sus obras. Por ejemplo, 666 es 74 x 9, el nueve y el seis en la Biblia tienen una relación. Los asedios de Jerusalén han sido 27, o sea tres veces 9, y llevan el sello de la consumación divina que es 3 y el número 9 que es número de juicio. Muchos de esos asedios están registrados en la Biblia, y otros en la historia. Es interesante ver que en el 7 asedio hubo una intervención divina, y en el 14 también. Pero lo interesante es que Israel será rodeada otra vez con un 28avo asedio. Según apocalipsis, y ahí Jehová la librará ya eternamente. Dios la rodeo para castigarla.

Asimismo, 3 x 6 = 18, el 3 está relacionado con la deidad, por las 3 personas de la divinidad. La bendición Aarónica se divide en tres partes, representando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo (Núm 6:24-26). Tres plenitudes:  la plenitud de Dios (Efe 3:19), la plenitud de Cristo (Efe 4:13), la plenitud de la Deidad (Col 2:9). Los atributos de Dios son 3: Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente. Por su parte, el 6 está relacionado con el número del hombre: el hombre fue creado en el sexto día (Gén 1:26-27,31); y Dios asignó seis días de trabajo (Éxo 34:21).  Algo interesante es que la serpiente fue creada el sexto día también. Jesús murió por el hombre en el día sexto. El número de la bestia es 666 (Apo 13:18). Toma en cuenta que en los números solo buscamos el significado, ahora viene la aplicación. Es necesario leer toda la narración bíblica para poder entender la aplicación profética.

La Enseñanza Bíblica del 18

Como el mensaje que Dios me ha dado para compartir se concentra en la suma de 10 + 8 = 18, entremos ahora en tema, según la narración bíblica. La primera enseñanza la encontraremos en el libro de los jueces, donde se narra un tiempo en que los hijos de Israel hacían lo que cada cual le parecía. Debido a esta conducta, Israel se desviaba de Dios y se iba en pos de los ídolos, por lo que Jehová los hacía caer en cautiverios, para causar arrepentimiento en ellos, entonces clamaban a Jehová y él les levantaba un libertador que los libertara.

“Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel, por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová. Éste juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras. Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años. Y clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón rey de Moab. Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho. Y entregó el presente a Eglón rey de Moab; y era Eglón hombre muy grueso. Y luego que hubo entregado el presente, despidió a la gente que lo había traído. Mas él se volvió desde los ídolos que están en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra secreta tengo que decirte. Él entonces dijo: Calla. Y salieron de delante de él todos los que con él estaban. Y se le acercó Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. Él entonces se levantó de la silla. Entonces alargó Aod su mano izquierda, y tomó el puñal de su lado derecho, y se lo metió por el vientre, de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y salió el estiércol. Y salió Aod al corredor, y cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo. Cuando él hubo salido, vinieron los siervos del rey, los cuales viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano. Y habiendo esperado hasta estar confusos, porque él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y he aquí su señor caído en tierra, muerto. Mas entre tanto que ellos se detuvieron, Aod escapó, y pasando los ídolos, se puso a salvo en Seirat. Y cuando había entrado, tocó el cuerno en el monte de Efraín, y los hijos de Israel descendieron con él del monte, y él iba delante de ellos. Entonces él les dijo: Seguidme, porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos los moabitas en vuestras manos. Y descendieron en pos de él, y tomaron los vados del Jordán a Moab, y no dejaron pasar a ninguno. Y en aquel tiempo mataron de los moabitas como diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó ninguno. Así fue subyugado Moab aquel día bajo la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años(Jue 3:12-30R60)

Israel se apartó de Dios y se había ido en pos de los ídolos y Dios los castigó por 18 años. El diez representa lo total, lo absoluto. Dios completó un ciclo de juicio, y con el 8 tuvo un reinicio. Dios usó a Aog para poner fin a 18 años de opresión, así que el 18 aquí representa el fin de la opresión (10) y el principio de la libertad y la liberación (8). Así que el 18 es el fin de la opresión de un tiempo malo de castigo, y el comienzo de algo glorioso. Se completó un ciclo de castigo de parte de Dios a su pueblo Israel, por sus pecados y por su rebelión (el 10). Al terminarse ese ciclo de juicio o disciplina de Dios a su pueblo, a la vez se abría otro ciclo de liberación, de gracia, de paz, de misericordia, de prosperidad, de restauración, de honra, y de buena voluntad de Dios para con su pueblo. En el año 18 de la esclavitud o de la opresión, Dios les entregó a los enemigos en sus manos, y no escapó ninguno (Jue 3:28-29), totalidad (10), el fin de todo. Este fue el fin de la opresión para el pueblo de Israel, y el inicio del juicio para sus enemigos. Mataron a 10 mil moabitas y no escapó ninguno, el fin de ellos, y la tierra reposó 80 años, 8×10. El 18 nos habla de dos cosas: se termina o completa un ciclo de disciplina, de juicio (10), de Dios para su pueblo; y con el 8 Dios empieza un ciclo de misericordia, de paz, y de gracia para su pueblo. Ahora continuemos la aplicación estudiando este segundo relato, en Jueces 10:

“Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron. Y se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón; los cuales oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que está en Galaad. Y los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá y contra Benjamín y la casa de Efraín, y fue afligido Israel en gran manera. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales. Y Jehová respondió a los hijos de Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos, de los de Sidón, de Amalec y de Maón, y clamando a mí no os libré de sus manos? Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más. Andad y clamad a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción. Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día. Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel. Entonces se juntaron los hijos de Amón, y acamparon en Galaad; se juntaron asimismo los hijos de Israel, y acamparon en Mizpa. Y los príncipes y el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién comenzará la batalla contra los hijos de Amón? Será caudillo sobre todos los que habitan en Galaad. […]  Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. […] Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón. Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto. Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano. Y desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel” (Jue 11:6-18; 11:1-2, 29-33 R60)

Los hijos de Israel sirvieron a los filisteos y amonitas, los cuales los oprimieron y los quebrantaron por 18 años. En el año 18 de su quebrantamiento y opresión, los hijos de Israel clamaron a Jehová y el Señor se movió a misericordia y se angustió con su angustia (Jue 10:16). Dios uso a Jefté para ponerle fin al dominio de los enemigos, así que una vez más el 18 representa el fin de un tiempo ciclo de castigo y juicio de Dios a Israel (significado del 10), y a la vez, ese mismo año, cuando se ganó la victoria, comenzó un tiempo de paz, de liberación, de restauración, de gracia, de prosperidad (el 8). Una vez más el 18 nos habla del fin de un tiempo y el principio de otro tiempo. El fin de la opresión, de la apostasía, de la rebelión, la reconciliación con Dios, entrar en armonía con Dios, para empezar con Dios un nuevo caminar, el 18; “las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2Co 5:17 R60). En ambos casos se repite lo mismo, hubo reconocimiento, hubo humillación, y hubo quebrantamiento. El pueblo de Israel reconoció su pecado, se humilló, se arrepintió de corazón, entonces vino el tiempo de la gracia de Dios, y ese es el 18. Así nosotros, al terminar este año 2017, cuando llegue el último minuto, nosotros tenemos que terminar con toda rebelión, con toda obstinación, con toda dureza de corazón, con todo pecado, separación, todo lo que nos separó de Dios hay que enterrarlo este año, para comenzar entonces un nuevo ciclo de liberación, de restauración, de prosperidad, de resurrección, de una nueva relación con Dios. ¡Aleluya! ¡Amén!, porque ese es el significado del 18. Continuemos la aplicación con la siguiente narración bíblica:

“Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de Boscat. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda. A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo: Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta, y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa; a los carpinteros, maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa; y que no se les tome cuenta del dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos proceden con honradez. Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó. Viniendo luego el escriba Safán al rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová. Asimismo el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey. Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. Luego el rey dio orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías siervo del rey, diciendo: Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito. Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella.Y ella les dijo: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Decid al varón que os envió a mí: Así dijo Jehová: He aquí yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en él moran, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judá; por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos, provocándome a ira con toda la obra de sus manos; mi ira se ha encendido contra este lugar, y no se apagará. Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová. Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta” (2Re 22:1-20 R60)

Hay que reparar las grietas en la casa de Jehová, hay que reparar la casa en el 2018. También en el año 18 aparece el libro, en el año 18 lo lee el rey, en el año 18 el rey llama al pueblo al arrepentimiento. Siempre hay humillación en el año 18, siempre hay arrepentimiento en el año 18, porque para que se termine la opresión, la derrota y los fracasos, y el poder y el dominio de los enemigos de las debilidades, tiene que haber humillación, porque solo Dios puede liberarnos, Él solo es el Libertador. Cuando el pueblo oye a Dios, Dios oye al pueblo; cuando el pueblo de humilla, Dios lo levanta. Iglesia, para que termine el ciclo de opresión y comience el ciclo de liberación tiene que haber arrepentimiento, humillación y quebrantamiento en la presencia del Señor.

“Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto. Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el. Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos. Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al valle del Cedrón, y la quemó en el valle del Cedrón, y la convirtió en polvo, y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo. Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas para Asera. E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba; y derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad. Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos. Asimismo profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase su hijo o su hija por fuego a Moloc. Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol. Derribó además el rey los altares que estaban sobre la azotea de la sala de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí corrió y arrojó el polvo al arroyo del Cedrón. Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había edificado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a Quemos ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de Amón. Y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Asera, y llenó el lugar de ellos de huesos de hombres. Igualmente el altar que estaba en Bet-el, y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; aquel altar y el lugar alto destruyó, y lo quemó, y lo hizo polvo, y puso fuego a la imagen de Asera. Y se volvió Josías, y viendo los sepulcros que estaban allí en el monte, envió y sacó los huesos de los sepulcros, y los quemó sobre el altar para contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había profetizado el varón de Dios, el cual había anunciado esto. Después dijo: ¿Qué monumento es éste que veo? Y los de la ciudad le respondieron: Éste es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y profetizó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el. Y él dijo: Dejadlo; ninguno mueva sus huesos; y así fueron preservados sus huesos, y los huesos del profeta que había venido de Samaria. Y todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira, las quitó también Josías, e hizo de ellas como había hecho en Bet-el. Mató además sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvió a Jerusalén. Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto. No había sido hecha tal pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua a Jehová en Jerusalén. Asimismo barrió Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová. No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual” (2Re 23:1-25 R60)

El 18 es el año de sacar toda inmundicia de la casa de Jehová, todas las cosas ocultas, todo tapujo vergonzoso. Tenemos que sacar de la casa de Jehová a todos los ministros deshonestos, los ministros idólatras, los ministros extraviados, y bajar del altar de Dios y de la casa de Dios a los cambistas, a todos los que desvían al pueblo, para que venga el tiempo de liberación. Es curioso que, buscando dinero para reparar la casa de Jehová, encontraron el libro de la Ley de Moisés, o sea, la Palabra de Dios. Y fue el hallazgo del libro el instrumento que usó Dios a través de Josías, para limpiar al pueblo y volverlo al orden. El reinado de Josías está lleno de enseñanzas espirituales y proféticas. Josías empezó a reinar a los 8 años lo que representa reinicio para la nación hebrea y el fin de un largo tiempo de apostasía de los reinados de su abuelo Manasés (el peor rey de Israel), y su padre Amón (perverso). Josías terminó con 57 años de divorcio con Dios y reinició un ciclo de tiempo de restauración en la relación de Israel con Dios, porque apareció el libro. Lo que provocó la gran reforma y el solemne avivamiento fue la experiencia de la aparición del libro el cual estaba escondido en el templo de Dios. En ese mismo año, el 18, de la aparición del libro, celebraron la pascua. La pascua representa la redención de Israel, su liberación de Egipto y su pacto con el Dios Redentor. El pueblo de Israel estuvo 450 años, esclavos en Egipto, y la pascua representa su liberación. Es el pacto de Dios con Israel. Por eso, cada vez que hubo un retorno a Dios, se celebraba la pascua, porque Israel entendía que era la manera de celebrar una reconciliación con Dios, y eso hizo Josías y eso va a pasar en el año 2018, va a ver una vindicación, una reconciliación con Dios. Volvamos al pacto con Dios.

Aplicación Profética del 2018

Este año 2018 será el fin de la apostasía, rebelión y dureza de corazón, porque VA APARECER EL LIBRO. Es un año para volvernos a Dios, y profetizo que en gran parte de la iglesia aparecerá el libro perdido, y traerá consigo luz para iluminar los corazones oscurecidos, y el resultado será humillación, quebrantamiento, escudriñamiento profundo de corazón, arrepentimiento y conversión. Hay un pueblo que ha estado cautivo y oprimido por muchos años, como la tierra de Neftalí y la tierra de Zabulón, en Galilea de los gentiles, que luz les resplandeció (Mat 4:15-16), así va a suceder con esas iglesias y esos ministerios que luz les va a resplandecer, porque va aparecer el libro. Es un año que muchos pródigos regresarán a la casa del Padre, porque va aparecer el libro. ¿Cómo es posible que la iglesia tiene la Biblia, la predica todos los domingos, la leen en sus casas, pero el libro está desparecido en la misma casa de Dios? Pero apareció en el año 18, ¡apareció el libro! Porque cuando el pueblo se aparta, se aparta de la palabra de Dios, y cuando regresa, regresa por causa de la Palabra de Dios. Cuando Israel se fue a los ídolos se apartó de la Palabra de Dios, y cuando volvió a Dios, y celebró la pascua, señal de liberación, entonces fue la Palabra, porque el libro apareció.

El Señor le pone fin al engaño, la mentira, la hipocresía, en muchas vidas, en este año 2018. Es como si despertaran de un profundo sueño; acabará con la somnolencia, letargo e indiferencia hacia Dios y la verdad del reino de los cielos. Veo en visión a los cautivos soltar sus cadenas y liberarse de sus verdugos. Muchos que fueron engañados y seducidos por rebeldes, y fueron arrastrados al error, por el efecto de la luz de la Palabra y el trabajo amoroso del Espíritu, se percatarán de que fueron engañados y apartados del camino del propósito del Señor. Éstos regresarán contritos y humillados, y reconocerán su rebelión, y se integrarán al redil de Dios, de donde nunca debieron haber salido. El Espíritu anuncia, en este 2018, que el Señor enviará a sus emisarios los cuales tocarán las trompetas para llamar al despertamiento. Esta vez, muchos oirán la voz del Señor y distinguirán su llamamiento. Estas ovejas del Señor abandonarán las filas de iglesias y ministerios, y dejarán a sus líderes, los cuales se aprovecharon de su ignorancia e ingenuidad para despojarlos de sus bienes y recursos. La Palabra les va a abrir los ojos, y van abandonar esos ministerios donde solamente recibieron engaños, pues se aprovecharon de ellos y los explotaron; no buscaban su edificación espiritual, sino sus recursos para lucrarse. Toda casa que no fue edificada sobre la roca será desarraigada, dice el Señor Dios Todopoderoso. Dios hará ver y mostrará y manifestará los fundamentos de algunos ministros, y nos sorprendernos cuando veamos sobre qué podredumbre e inmundicia han edificado estos ministerios. Dios va a destapar el fundamento para que vean lo que hay debajo. Veremos cómo la apariencia de piedad y unción no eran más que un disfraz para seducir y engañar. Dios va desenmascarar a los llamados “ungidos”, que se llaman ungidos, pero son engañadores del pueblo de Dios.

Muchos que arrastrados por la avaricia y la fama cayeron en las tentaciones del archienemigo, el diablo, a los cuales el Tentador los subió al pináculo del templo, a la cúspide de la fama y del prestigio religioso y eclesiástico, desde allí los hará caer el Señor, en este año 2018. Así como el diablo quiso seducir a Jesús, con dos tentaciones: en una lo subió a un lugar alto y le dijo:  tirate (Mat 4:6); y en la otra le mostró los reinos del mundo y toda la gloria de ellos (Mat 4:8). Hay dos tentaciones: una dentro, en la iglesia, y otra fuera, en el mundo. Estos ministros usan la unción, los dones espirituales, para hacerse grandes en el templo, para elevarse a la cúspide allá arriba, pero desde allá los tirará el Señor, anuncia el Espíritu. Va a ver grandes escándalos en muchos ministerios este año. El impacto de su caída será súbito y trágico; tarde se percatarán que la altura que habían alcanzado no eran logros ni honra de Dios, sino una estratagema de error elaborada por Satanás para despeñarlo y causar sus ruinas. Ellos pensaban que era Dios que los estaban bendiciendo y los estaba honrando, y era el diablo que lo subió bien alto para desde allí empujarlos.

El impacto de su caída será proporcional a la altura a que fueron elevados: mayor altura, peor caída. Ellos extasiaron a las multitudes en la TV, en la radio, los tenían atónitos, como dijeron de Herodes: ¡Voz de Dios, y no de hombre!” (Hch 12:22 R60)”, pero cuando Dios los haga caer, y lo veamos despeñados y vueltos pedazos en el suelo, nos daremos cuenta de que era tan solo una apariencia. Muy tarde sabrán que buscar su propia honra no es honra; comprobarán que los que rehúsan el peso de la cruz serán abrumados llevando las cargas pesadas de sus propias vergüenzas. En otras palabras, ellos no quisieron el mensaje de la cruz del reino de Dios, porque significa devoción, entrega, abnegación, vivir para Dios y no buscar lo nuestro, sino lo que es de Cristo; y lo cambiaron por lo otro, usaron los dones, las oportunidades de Dios para enriquecerse, y explotar a la iglesia. Y Jesús dijo: ya tienen su recompensa” (Mat 6:5 R60)”, esa es. Mas, los que son como el Señor Jesús no se avergüenzan de llevar los oprobios de la cruz cargarán en su sacerdocio el arca de la gloria de su presencia. Es decir, así como los sacerdotes asignados llevaban el arca de Jehová, los que llevan la cruz llevarán la gloria de Dios, porque la cruz, en último análisis, es la gloria de Dios, porque es la muerte al yo, para vivir para Dios.

El Espíritu continúa anunciando que en el 2018 viene la gran decepción, la cual traerá consigo la gran depresión. ¿Qué es la gran decepción? Pues es el resultado de todo lo que hemos dicho, porque va aparecer el libro y el libro va iluminar los corazones y a la gente se les va a caer las escamas de los ojos, y van a ver los engaños de los líderes. Dios va a exhibir desde las azoteas sus vergüenzas y los hará caer desde arriba, entonces va a venir, de pate de todos, una gran decepción, y van a decir: «Nosotros hemos dejado de Dios pensando que lo estamos siguiendo a través de estos, y ellos lo que hicieron fue alejarnos de Dios». Y sentirán una profunda decepción, y la decepción es lo que los traerá de nuevo a Dios. ¿Saben por qué yo estoy acá? Porque yo me decepcioné de la denominación donde estaba porque allí no se buscaba la gloria de Dios sin el engrandecimiento de un sistema religiosa, pero la iglesia no vino a la existencia del propósito de Dios para servir a ningún sistema. Dios manda a los Moiséses de hoy a decirle a Faraón: «Deja ir a mi pueblo para que me sirva». La iglesia no es para hacer ladrillos, la iglesia no es para hacer pirámides, la iglesia no es para hacer suntuosos palacios, la iglesia no es para hacer infraestructuras, para impresionar a la gente con soberbios momentos. La iglesia es para que le haga culto al Señor, para que le sirva al Señor, y Dios la va a sacar de todo sistema que la esté usando para engrandecer la gloria del hombre, ha dicho el Señor.

La iglesia fue salvada para la alabanza de la gloria de Dios, y no de ningún hombre. ¿Acaso no fue eso lo que hizo Josías, cuando sacó a todos los sacerdotes del templo que llevaban al pueblo a la idolatría? Un profeta verdadero no es tanto el que dice el futuro y se cumple, sino el que te lleva a Dios. Moisés dijo:  Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti” (Deu 13:1-5; 18:14-15 R60). Cuando leas un libro, o escuches el mensaje de un predicador, discierne, pesa los corazones y pregúntate: ¿Este predicador hacia dónde me lleva? ¿Me está llevando a su proyecto personal de construcción, me está llevando a que lo siga en su afán de hacerse grande y famoso? Hay muchas sutilezas que nos arrastran y nos impresionan con testimonios de grandes sanidades y milagros. Pero unción sin corazón es igual a defunción, y si no crees que tengo razón pregúntale a Sansón. Por eso viene la gran decepción que llevará a una gran depresión, porque la gente se decepciona de sus líderes no quiere escuchar a nadie, pero aparecerá el libro y recibirán sanidad y restauración. El Dios que a los suyos les dará doble honra y doble restauración, les dará doble juicio y castigo a los que usan el ministerio para lucrarse y buscar lo suyo en lugar de emplearlo para el propósito y honra del Señor. Lo que será un tiempo de juicio y castigo para los engañadores el pueblo de Dios, simultáneamente, será un tiempo glorioso para el remanente de los piadosos, pues los va llenar de honra. Será el final de un ciclo de opresión, tinieblas y parálisis espiritual, y el principio de un reinicio de un periodo de liberación restauración y armonía con el cielo, y un tiempo de crecimiento de todo lo que constituye el ministerio y el propósito eterno del reino de Dios.

Ahora entremos a la aplicación final, a través del evangelio de Lucas: “En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después. Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él” (Luc 13:1-17 R60)

En este relato vemos que Jesús hace un llamado al arrepentimiento, no a un grupo, sino a los dos grupos, a los que dieciocho galileos que fueron encontrados culpables, y al resto de los hombres que habitaban Jerusalén. Pero en realidad, el mensaje de la parábola de la higuera estéril era para los judíos, pues la higuera representa al pueblo de Israel. Israel según Jesús estaba inutilizando la tierra, pues una planta que no da frutos no solamente es infructuosa, sino que está ocupando el lugar, en esa misma tierra, de otra planta que sí puede dar frutos, por tanto, Dios, como el Señor de la tierra, ordena cortarla. El Espíritu Santo, representado en la parábola como el viñador, pide un año más. El Espíritu dice que este año va a hacer clave en el propósito de Dios con Israel. De hecho, este año se cumplen 70 años (en mayo) desde que Israel llegó a ser nación. La Biblia dice: ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos” (Isa 66:8 R60), pues así ocurrió, el 14 de mayo de 1948 cuando las Naciones Unidas proclamaron el establecimiento de un estado judío en Eretz Israel, Palestina, lo que ahora conocemos como el Estado de Israel. Y hay una serie de profecías que están relacionados con Israel, y yo creo que esta parábola, en este contexto de aquellos 18 que el Señor le estaba haciendo un llamado a Israel para el arrepentimiento, y Dios está anunciando un nuevo tiempo para la nación hebrea. El viñador pidió que se le diera un año más, un tiempo más, el año 18 es un año más de misericordia. Esta fue la aplicación para Israel, ahora, en la continuación del relato, encontremos el mensaje para la iglesia:

“Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios” (Lucas 13:10-13 R60)

Cristo le dice a la iglesia este año: «¡Mujer, eres libre de tu enfermedad!» El Señor le dice a la iglesia: ¡Mujer eres libre de tu enfermedad! Año de liberación, termina el tiempo de la enfermedad, de postración, de andar encorvados. En este año la iglesia se va a enderezar y va a glorificar a Dios. Hay una iglesia que tiene muchos años encorvada, aplastada, con la cerviz hacia abajo, derrotada, avergonzada, pero el salmista dijo: Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza” (Sal 3:3 R60), porque para estar erguido nos llamó Dios, y no para andar encorvada. Hay una iglesia que está encorvada y no se puede enderezar de ninguna manera, pero en este año se va a erguir, y saldrá de su postración con brazo extendido. Dieciocho años de opresión, dolor, sufrimiento y atadura, encorvada, jorobada, postrada, humillada, representa un tipo de iglesia que de ninguna manera se puede enderezar. Pero sucederán tres cosas: Jesús le verá, la llamará y le hablará. Había un grupo de enfermos esperando sanidad, pero Dios puso los ojos en ella, es decir el Señor la vio, la llamó y la sanó, porque tuvo misericordia de ella. En este año el Señor va a mirar el estado de postración y de dolor, la llamará y le dirá: «Mujer, ven, acércate, eres libre de tu enfermedad». Todo el que esté enfermo, encorvado o postrado en su impotencia, diga: ¡Soy libre de mi enfermedad! Eres libre de tu esclavitud, eres libre de tu depresión, eres libre de tu miedo, eres libre de tus opresores, eres libre de tus ataduras. Por años, no podía enderezarse, pero en el año 18 que significa el fin de un ciclo de opresión y el principio de un ciclo de restauración, de resurrección, ella será sanada. Aquellos que hasta el día de hoy no se han podido enderezar, Jesús este año los va a mirar, los va a llamar y les dirá: «Son libres de este azote del diablo». ¡Aleluya! El que tiene oído oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia. Créelo. ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Jua 11:40 R60). Amén, amén y amén. Tu opresión, tu enfermedad, tu miedo de morirte termina este año, porque Jesús te vio. Llegó tu turno, llegó tu oportunidad, el médico divino te llama. Decláralo, no tengas miedo, ni pienses en los años que has padecido, porque este año 2018 Dios lo va hacer. Porque Dios nos ama nos habla.

“Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él” (Luc 13:14-17 R60)

Ahora nota que los religiosos, legalistas, usan la opresión religiosa para mantener encorvada y postrada a la iglesia. Jesús en el día de reposo le da reposo a su pueblo, pero estos decían: «Quédate oprimida el sábado», pero Jesús decía: «No, el sábado es para que haya reposo para el pueblo, y nadie con una joroba puede reposar. Nota como los religiosos usan la misma Palabra para esclavizarte y Jesús usa la misma Palabra para liberarte. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Jua 8:36 R60) Hay dos maneras de interpretar la Biblia: una para oprimir al pueblo y otra para liberar al pueblo. Este es el año de la liberación, iglesia, este es el año en que los religiosos serán avergonzados, y el pueblo se regocijará y aplaudirá por todas las cosas gloriosas que Dios hará. Ellos preferían desatar a la mula y al buey porque representaba dinero para ellos. Es interesante cómo en ese relato se repite la palabra atar, pero este es el año donde el Señor va a desatar, porque el 2018 será un año de reposo de nuestras ligaduras. El Señor desatará nuestras ataduras y quitará nuestros impedimentos y prisiones. Todo lo que por años no se podía enderezar, en el 2018 será enderezado —y no me refiero solo a una joroba— porque es un año de liberación, pues es el fin de la opresión y el principio de la liberación de los hijos de Dios.

Todo lo que antes era imposible, ahora será posible. Puertas que por muchos años no se podían abrir, el Señor las abrirá en el 2018. Lo que por años no se pudo construir, este año será construido. Problemas que por años no se pudieron resolver, en este año serán resueltos. Muchas cosas que por años han estado caídas, este año serán levantadas. Muchas relaciones que por años estaban dañadas, este año serán restauradas. Muchos pródigos que por años no pudieron regresar al redil, a la casa de Dios, este año regresará. Muchos proyectos que por años no pudieron realizarse, en el 2018 se llevarán a cabo y se lograrán. Muchas debilidades que por años no pudieron ser vencidas, este año serán sometidas por el Espíritu Santo. El que lo crea recibirá el poder de la gloria de Dios Enfermedades que por muchos años no pudieron ser sanadas, este año serán curadas. Cadenas y ataduras que por años eran cargadas y arrastradas, este año serán hechas pedazos. Traumas que por muchos años nos oprimieron, este año serán superados.

El diez nos dice que termina un ciclo, y el 8 nos habla de algo que empieza. Este es el año del fin de la derrota, y el principio de la victoria. Cerramos un ciclo de la derrota y abrimos uno de victoria. Este es el año del fin de lo imposible y el comienzo de lo posible. Este es el año del fin de la rebelión y el inicio de una nueva relación con Dios. Este es el año del fin de la debilidad y el principio de la fortaleza. Este es el año del fin del engaño y el inicio de lo verdadero. Este es el año del fin de la apostasía y el comienzo de la conversión, o sea regresar a Dios. Este el año del fin de lo temporal y el inicio de lo eterno. Este es el año del fin de lo mundanal y el principio de lo celestial. Este es el año del fin de lo carnal y el comienzo de lo espiritual. Este es el año del fin de lo vano, y el inicio de lo relevante. Este es el año del fin de lo trivial, y el inicio de lo trascendente. Este el año de del fin del reino de los hombres y el comienzo de la vida del reino de Dios en muchos ministros e iglesias. Este es el año del fin de la hipocresía y el inicio de la vida sincera y genuina. Este es el año del fin de lo diabólico y principio de lo divino. Este es el año del fin del odio, de la enemistad y la raíz de amargura, y el comienzo del reino del amor, del perdón y la reconciliación. Lo que hasta ahora no se había logrado, en este año se logrará, porque el 18 es el fin de lo malo y el inicio de todo lo bueno.

Tomando las Llaves para Cerrar y Abrir

En este año cerramos un ciclo de opresión y abrimos otro de liberación, por tanto, el 2018 es el año de las dos llaves: con el 10 cierro la opresión, y con el 8 abro la liberación. Por lo cual, el Señor me instruyó que trajera dos llaves, con las cuales vamos a cerrar un ciclo y abrimos otro. 2018 es el año de las dos llaves y con ellas:

CERRAMOS un ciclo de opresión y ABRIMOS uno de liberación.
CERRAMOS un ciclo de cansancio y fatiga y ABRIMOS otro de reposo.
CERRAMOS un ciclo de fracasos y ABRIMOS otro de realizaciones en el propósito eterno de Dios. CERRAMOS un ciclo de mortandad y ABRIMOS otro de avivamiento.
CERRAMOS un ciclo de decaimiento y ABRIMOS otro de  levantamiento.
CERRAMOS un ciclo de conformismo y ABRIMOS otro de  aspiración e inspiración en Dios.
CERRAMOS un ciclo de oscuridad y ABRIMOS otro de  luz.
CERRAMOS un ciclo de ambición personal y ABRIMOS otro de  abnegación y altruismo, entrega a Dios
CERRAMOS un ciclo de  vivir para el vientre y ABRIMOS el ciclo de  la cruz y el reino de Dios que es vivir para Dios.
CERRAMOS un ciclo de agotamiento y ABRIMOS otro de  renovación espiritual.
CERRAMOS un ciclo de la desobediencia y ABRIMOS otro de la obediencia a Dios.
CERRAMOS un ciclo de lo parcial y ABRIMOS el ciclo de lo total.
CERRAMOS un ciclo de lo relativo y ABRIMOS el ciclo de lo absoluto.
CERRAMOS un ciclo de lo que es en parte y ABRIMOS lo que es la totalidad de Dios en nosotros.
CERRAMOS un ciclo de la mediocridad y ABRIMOS el ciclo de la excelencia para el reino de Dios (en la adoración, en el servicio, en la relación, en la predicación, en la enseñanza, en la administración, en la mayordomía, en la excelencia).

CERRAMOS un ciclo de  lo externo y ABRIMOS el ciclo del corazón.
CERRAMOS un ciclo de lo superficial y ABRIMOS el ciclo de las profundidades de Dios.
CERRAMOS un ciclo de la frivolidad y trivialidad, y ABRIMOS el ciclo de la relevancia en Dios
CERRAMOS un ciclo de la ociosidad, y ABRIMOS el ciclo de la diligencia y laboriosidad en Dios.
CERRAMOS un ciclo de la frialdad, la indiferencia y la apatía, y ABRIMOS el ciclo de la devoción, el fervor y la piedad para Dios.
CERRAMOS un ciclo del yo,  y ABRIMOS el de Dios.

Cristo es el que tiene la llave y le dice a la iglesia: «Yo te doy la llave y te doy una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque donde Cristo abre nadie cierra, y donde él cierra nadie abre» (Apo 3:7-8). ¡Gloria a Dios! Escucho al Señor decirme como le dijo a Juan: “Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Apo 21:5 R60). Así estas palabras no son una fantasía, sino que son fieles y verdaderas, y si la crees las verás en ti. Todo lo que Dios nos ha dicho lo hemos visto cumplirse, y si al final del año no se ha cumplido en ti, no es porque las profecías eran falsas, sino porque tú no las creíste, porque aquí dice que el pueblo cada vez que se arrepintió, recibió liberación. El que le da el corazón a Dios, tiene a Dios. Oremos:

Oración Final

«Padre bendito, de qué manera te agradecemos un día como hoy, qué más se puede decir. La Escritura es rica, es profunda, es reveladora. Dios mío, abriste los tesoros del reino para nosotros, para darnos a entender cuánto nos estás diciendo Señor. En la relación del 18 con el 9 va haber juicio para las naciones. Hace tres años o más que me muestras el 911, donde quiera que miro en diferentes momentos y lugares, me dices: «Mira el 911» y lo veo en el reloj, prendo el celular y veo 911, en la televisión 911, el reloj digital del horno de microondas 911, tiemblo ya cuando me sale. Esta semana por lo menos tres veces me pasó, y digo: ¡Dios mío que es lo que Tú me quieres decir! 911… Viene un 911, pero no sé si s para Israel, si para Estados Unidos, si es para alguna nación, si viene una guerra nuclear, o si es algo para la iglesia, pero viene un 911, viene dos veces 9, 18. El mensaje que nos diste es para nosotros, pero para los enemigos viene juicio, Señor. Ayúdanos a estar listos; prepáranos, capacitanos. Los ejemplos de los 4 relatos hubo arrepentimiento y hubo humillación, Padre, escudriñamiento profundo de corazón, y eso es lo que yo te pido para mí, para mi casa, y para El Amanecer del Esperanza como ministerio, y para todas las iglesias de Jesucristo, en el nombre de Jesús.

»Oro por los ministros para que sean llamas de fuego, y para que se vuelvan a ti, Dios mío, para que toda la iglesia se vuelve a ti. Que este año sea un año de gloria, donde se termine toda opresión. Lo que antes no se podía lograr que se logre. Levanta a la iglesia. La iglesia no puede andar jorobada, postrada, inclinada hacia abajo. Tú dices: Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Luc 21:28 R60). Levántale la cabeza a esa iglesia, devuélvele la dignidad a esa iglesia, por amor a tu nombre, Señor. Yo digo consumado es. Yo digo consumado es. Yo digo consumado es. El que esté limpio, límpiese todavía más, y el que es inmundo quédese inmundo.

»¡Dios mío, nos limpiamos hoy, pedimos perdón, nos humillamos delante de ti! Lo primero que tú vas a enviar es un tiempo de avivamiento, pero va a ser precedido por un tiempo de humillación y quebrantamiento, como sucedió con los casos leídos. Antes que termine la opresión, debe haber reconciliación contigo. Aquí está nuestro corazón, Señor, lo humillamos delante de ti. Danos esa capacidad, por amor a tu bendito nombre. Nos exponemos a ti. Nos hemos gozado con tu Palabra, pero ahora queremos salir a vivir esa bendita Palabra, Dios mío, a comprometernos con la Palabra, hacer sinceros y genuinos con la Palabra. La Palabra no es una ilusión, es la verdad, Señor, no es una panacea, Dios mío, no es algo utópico, no Dios mío, es real, es verdadera. Danos un corazón que pueda cumplir la condición de la humillación y el quebrantamiento, para que venga ese tiempo de liberación. Cierra el ciclo de la opresión, que ya los enemigos no se enseñoreen más de la iglesia, por favor…

»Yo bendigo a tus ministros, yo bendigo a tu iglesia en tu nombre, en tu Palabra, y en tu pacto. Cumple tu Palabra en este año, que ni una jota ni una tilde perezca de tu Palabra. Que ninguna palabra tuya caiga en el suelo este año, sino que todo se cumpla y que nosotros participemos en esa obra que Tú vas a hacer, gracias por oírnos, gracias Señor, en el nombre de Jesús Empezamos este año 2018 contigo, dando un paso hacia al frente [dé un paso hacia el frente], en el nombre de Jesús. Comenzamos, en el nombre de Jesús, edificamos en el nombre de Jesús, y veremos la gloria de Dios en el nombre de Jesús, amén».

Palabra profética dada al pastor Juan Radhamés Fernández, para el año 2018. Asimismo, el pastor Radhamés dio una instrucción final, la cual es opcional, para todos aquellos que han creído esta palabra, y es que adquieran una Biblia nueva, como una tipología de que apareció el libro. Que Dios añada bendición y revelación a su santa Palabra.
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